¡Advertencia! Cuidado con Lucía

Reseña de "Era Lunes Cuando Cayó del Cielo"
Por: Johnatan Marín


Hay algunos que nos hacen llorar, hay otros que nos producen risa, hay algunos que funcionan bien en reemplazo de somníferos y hay otros que nos tocan, nos empujan al abismo de la vida y nos dejan suspendidos a la espera de la muerte… Así son los libros, y como en los cuentos de hadas, parece que con los libros toca besar algunos sapos para encontrar algún príncipe. Y el príncipe de la literatura colombiana, al menos del presente año, parece tener obra y nombre propio. “Era lunes cuando cayó del cielo” de Juan Diego Mejía.

¿Superficial? Leí la contraportada: Lucía es una hermosa y enigmática modelo de Medellín. Otra novela Light pensé… Que equivocado estaba, basta leer la escena introductoria para quedar atrapado con la narrativa de Mejía, como si fuera poesía, Mejía pone en escena imágenes que se suspenden y empiezan a construir el abismo por el cual saltará Lucía. Narrando desde la primera persona, se comunica con el lector desde su intimidad y cumplimos con el mismo proceso de Mejía (en la novela y en la escritura) tratar de entender esa sonrisa indescifrable de Lucía.

Lucia es una mujer indescifrable, el objetivo no radica en entenderla, el espectáculo está en el simple hecho de admirarla, seguramente no es Rosario Tijeras, pues no necesita serlo para tratar de encajar en el boom de la novela de la violencia que ha marcado las letras colombianas en las últimas décadas, ella es Lucía, mujer que sin hacer parte de la violencia puede ser icono de ella... Y mientras esperamos la muerte de Lucía, hay tantas historias que trascurren; algunas un poco fuera del hilo narrativo, que a veces parecieran sobrar, pero las rescata Mejía con su manera de relatarnos los hechos, pareciera tener ese gen ancestral paisa de los culebreros; nos lleva y nos trae con historias paralelas o del pasado, y cuando nos percatamos estamos de vuelta con Lucía sin entender muy bien como fue el proceso o la mezcla de los tiempos. En sus anécdotas cabe un cortometraje sobre las fuerzas armadas; la historia de un compañero de trabajo que vivía en el barrio las violetas y que se fue por el hueco a la usa, pasa Pablo Escobar y ese imborrable e indescifrable sentimiento hacía un hombre que pecaba con un par de carros bomba e iba y empataba al construía una virgen o una cancha. Todo cabe allí, al igual que en la vida, lo que parece más efímero siempre está al lado de lo que creemos trascendental.
Mejía demuestra en esta novela su talento narrativo y su posibilidad de comunicación intima con el lector mediante el uso de la primera persona, la cual Mejía trabaja con perfecta maestría. Sin embargo a través de la lectura de esta novela notamos la dificultad que impone la historia al narrador, pues Mejía nos trae una historia anecdótica, de una modelo, novia de un amigo real, que se tira del último piso del hotel Dann Carton en Medellín. Lo anecdótico de la obra, dificulta el acto de referirse a la historia sin sentimiento y por otro lado, al ser una novela contada desde la primera persona, pone la dificultad adicional de no poder saberlo todo. Muchos opinan que hubiese sido más acertado que Mejía utilizase la tercera persona en su novela, para darle un carácter de verosimilitud, pero ahí radica la fortaleza de Mejía; él no pretende hacer un reportaje periodístico de la muerte de aquella mujer, él únicamente pretende exorcizar o hacer un honor que siente necesita Lucía. Y hay cosas que no sabe y se las inventa, pues él tenía la costumbre de crear versiones personales de la vida de sus amigos. Pero todos lo hacemos, tenemos un imaginario de lo que es la vida de los otros… y entonces ¿por qué no contar esos imaginarios?

En cuanto a los personajes, son básicamente tres: Mejía, Marcelo y Lucía. El narrador, sin quererlo, se convierte en protagonista de su obra, quiere desde el testimonio dar cuenta de Lucía, pero termina dando cuenta de sí mismo. Marcelo, el amigo del escritor, pareciera ser el típico niño rico del Poblado en Medellín, el chico del club que anda con la súper viejota y que no le importa nada más; sin embargo a través de la obra vemos la evolución del personaje, más aún con la muerte de Lucía, que nos devela el verdadero Marcelo “detrás de cámaras”. Ante la muerte de Lucía, Marcelo tiene que irse a Europa para tratar de olvidar aquella mujer y sacar el dolor de la perdida. En cuanto a Lucía, es eso: Lucía, modelo, hermosa, sonrisa enigmática, con la palabra “Hermoso” todo el tiempo en su boca, esa es Lucía, lo demás… es invento de Mejía.

Finalmente les puedo decir que, para leer “Era Lunes Cuando Cayó del Cielo” es necesaria una advertencia: Hay que tener cuidado de no enamorarse de esa sonrisa enigmática, de no dejarnos llevar por su caminado y terminar siguiéndole los pasos, montados en su moto. No se puede caer en su juego, de subirse al ascensor e ir hasta la terraza a revisar si esta abierta para saltar al vacio, pues corremos el riesgo de encontrar la ventana abierta y caer al abismo con ella y… quedar suspendidos en el sentimiento de la muerte y en profundas reflexiones sobre nuestro propio suicidio. En conclusión: Cuidado con Lucía y también con Mejía, porque este último para narrar es el Putas.

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