LA FILANTROPÍA DE LOS INSECTOS: Reseña de Cuaderno de Entomología, de Humberto Ballesteros.


Por:
Arista Rubiano Mora


Hay veces donde la vida parece un insecto, de esos llenos de recovecos, curvaturas y ángulos que tanto me fascinan por lo raros que se ven: yo me acerco, veo la belleza que este ser guarda y, por un segundo, no tengo más que admiración. Todo está bien en el mundo, hasta que el bicho abre sus alas y sale disparado directamente hacia mí cara. Ahí todo se vuelve miedo y asco. Así es un poco la vida, como una mariquita, una cucaracha o una mantis. 


De la misma forma en la que me acerco a esos energúmenos escurridizos, fue cómo me acerqué a la lectura del libro de cuentos Cuaderno de Entomología, de Humberto Ballesteros. Llegué a él desde su cuento “Una mantis” donde brevemente se menciona la obra “Pavana para una infanta difunta” de Ravel, ahí el bicho empezó a volar, recordando mis días tocando flauta en una orquesta, ya hace casi nueve años. A partir de dicha lectura, recuperé de repente la bruma de esos viejos recuerdos: repasé la melancólica dulzura con la que esa obra me atrapaba y me colmaba de amor al arte y de respeto por todo aquel que alguna vez ha intentado crear algo original. Toda esa emoción pasó cerca mío, como el zumbido de una abeja y, de ahí en adelante, me di cuenta de que tenía que leer ese libro. 


Cuaderno de Entomología es un libro de cuentos que brilla por hallar belleza y cercanía en lo desconocido, en lo diferente. Sin embargo, en vez de hacerlo con la muerte, como lo hace Ravel en la pieza de la que hablé anteriormente, este libro lo hace con los insectos: aquellas criaturas de apariencia alienígena, cuyas formas agudas, tan profundamente diferentes a la suavidad y curvatura del ser humano pueden causar intriga, emoción e incluso repulsión. Así,  el escritor Humberto Ballesteros en conjunto con la ilustradora Ana María Velásquez construyen con maestría una obra donde cada cuento es diferente, con ritmos, estilos y temáticas diversas, pero donde todos están conectados entre sí por la gran capacidad narrativa de su autor, que es capaz de mostrarnos la vivacidad de la expresión individual de cada ser humano por medio de los insectos. Seres que se posan alrededor de las subjetividades, anhelos y cargas emocionales de cada personaje, convirtiéndose así en el instrumento motor de todos los relatos.


Mientras los ojos pasan rápidamente por las páginas del libro, vamos conociendo a unos personajes cargados de humanidad que se desenvuelven gracias a la aparición de estos seres alados, escurridizos y bizarros. De todos los cuentos, los que más me conmovieron fueron aquellos capaces de transportarme por distintas emociones: el duelo, la rabia, la locura, el amor son ideas constantes en los relatos de Ballesteros. Definitivamente,  las lecturas que más disfruté fueron: “Una mantis”, donde una joven aprende a tomar agencia de su propio arte al crear una obra inspirada en ese poderoso insecto; “Un alacrán”, que relata la pérdida de su alacrana desde el peligro frenético que es la calle bogotana de noche; “La polilla”, donde un príncipe se enamora de las alas oscuras de dicho animal y, sin duda el que más me conmovió por su fuerza narrativa fue  “Una cucaracha”, donde a partir de una suma de biografías y poemas vamos conociendo la trágica vida de la poetisa colombiana Elsa de Marmato y sus visiones, a veces  milagrosas y a veces profundamente oscuras, que la terminarán llevando a la locura. 


Dicha capacidad de interpretar a los insectos para darle forma a las historias siempre me ha fascinado y ha habido artistas como Kafka con Metamorfosis, o David Cronenberg en la película Naked Lunch e incluso Henry Selic, el director de Coraline, que han logrado de manera ejemplar mostrar esa conexión entre lo grotesco de los insectos y las emociones humanas. Para mi grata sorpresa, Cuaderno de entomología es un obra que, como las obras de arte mencionadas anteriormente, expone la particularidad de las vivencias humanas a partir de lo monstruoso y utiliza el maravilloso mundo de lo teratológico como un elemento para la creación literaria: la pérdida puede encontrarse en una larva, el frenesí en un alacrán y la infatuación en una mariposa. 


Finalmente, lo que más me sorprendió del libro es que, además de una unidad temática, cada cuento también tiene originalidad, frescura y experimentación, no sólo en la trama sino en el uso del lenguaje; cada historia, a pesar de funcionar en conjunto, es capaz de brillar por sí sola con potencia y vivacidad. Además, yo siempre he tenido una ligera obsesión por lo teratológico, por estos seres que se esconden en las esquinas de cada miedo, inseguridad o misterio de la condición humana y leer estos cuentos me permitió trepar lentamente, como un caracol, por esa pasión maravillosa que rodea a cada persona y, simultáneamente, por  todo lo monstruoso y terrible que también poseemos.  Ahora, que ya volví de esa aventura con los insectos de Humberto, no puedo hacer otra cosa que recomendar este libro a aquellas personas que son como yo y les apasiona tanto como a mí la manera en la que las criaturas y bichos nos acercan a lo humano. Realmente es una lectura que vale la pena.


Ballesteros, H. (2017). Cuaderno de Entomología. 144 páginas. Ilustraciones de Ana María Velásquez. Colombia: Editorial Animal Extinto.


Sobre Arista Rubiano Mora:
Arista es une Estudiante de Estudios Literarios de Estudios Literarios de la Universidad
Nacional de Colombia. A pesar de ser literato y escritor de profesión, también se desempeña
como artista plástico y como realizadore de proyectos audiovisuales. A nivel personal, se
dedica a hacer activismo en la lucha por los derechos de la comunidad LGBT+, a estudiar
sobre teratología y a explorar cualquier tipo de medio creativo con el que pueda llegar a
toparse.

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