Ayer terminará mañana: un juego de tiempos
Sobre Ayer terminará mañana de Santiago José Sepúlveda
Por: Andrea Guerra Losada.
Hace 500 años un gran número de familias
de indígenas renunciaron a sus vidas en el peñón de Sutatausa, saltando al
vacío en un intento de alcanzar la libertad. Santiago José Sepúlveda recrea en
su novela este momento al guiarnos por caminos de cemento y selva en los que
pasado y futuro se fusionan en ese presente de sueños silenciados. Ayer terminará mañana, primera obra de
este nuevo y gran autor, nos devuelve aquel pasado ya olvidado y nos permite
volver a sentirlo como propio.
Ana, una mujer descendiente de una
indígena de Sutatausa, decide ir a aquel sitio con David y Víctor, su hijo,
buscando la libertad. Panichota y Chaicu pertenecen a un grupo de indígenas de
Sutatausa que buscan huir de los españoles en la época de la colonia. Ambas
historias, narradas paralelamente, se miran de frente y se descubren, fuera del
tiempo, en ese acto suicida y liberador.
Narrada a partir de varias voces, Ayer
terminará mañana reconstruye un hecho histórico desde la ficción mientras
se entrelaza con otras historias y otros tiempos. Leer esta novela implica sumergirse en un
nuevo universo construido por las palabras precisas y el tono adecuado para
erizar la piel. Una novela que atrapa al lector de comienzo a fin y que deja
con ganas de seguir de cerca esta historia.
Con un tejido de diferentes
temporalidades y un lenguaje poético, esta novela no pretende devolvernos en el
tiempo, sino traer a nosotros el pasado por medio de sensaciones y emociones,
haciendo que los muertos vuelvan a la vida. El sonido de la cuidad, del río, de
los árboles, de los carros y del silencio acompañan al lector a lo largo de
este recorrido, logrando recrear la historia a su alrededor. Mariposas,
montañas, pintura de achiote en las piedras,
colores de grafito en el papel, casas de bareque y de cemento, olor a
tierra, a sangre, a leña. Una historia que sale del papel para que el lector se
sienta sumergido en otro mundo, en otro momento, que a la vez son su propio
mundo y su propio momento.
Una apuesta por plantear la historia
desde otra perspectiva, por re pensarnos a nosotros mismos a partir de un ayer
olvidado. El pasado surge desde el interior de los personajes de una forma casi
mágica, mientras nos conduce a pensar que todos somos Ana y Víctor y que
nuestro pasado no está atrás, sino dentro de nosotros. Una invitación a
replantear nuestro territorio y a indagar sobre sus marcas: la pintura rupestre
y el paisaje cuentan historias mudas y ancestrales que evocan cantos de guerra
y tradición.
Guiños de rebeldía, un ambiente mágico,
un pasado que regresa y una línea de achiote en el pecho, elementos que sacan
al lector de su silla para llevarlo a saltar al vacío de la mano de aquellos
que huían de la pólvora y las cadenas. Santiago José Sepúlveda logra en pocas
páginas envolver por completo al lector y nos deja a la espera de sus próximas
publicaciones, mientras permanece en nosotros aquella historia que aún no ha
terminado.
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Sepúlveda, S., (2017). Ayer terminará mañana. Ed. Escarabajo.
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