Reseña sobre Del agua al desierto

 Por Valentina Tovar

    Seguramente, al conversar sobre “lo indígena” no esperamos encontrarnos con una intelectual historia de amor entre un judío rolo y una líder social muisca, y tal parece que el amor es la excusa perfecta para enseñarnos sobre historia, cultura, política, ecología y religión. Está en la naturaleza del hombre temerle a lo desconocido, al conversar sobre lo índigena, nos solemos remitir al punto histórico que conocemos; la colonia y la conquista española del siglo XVII. Del agua al desierto fue publicada recientemente (2022) y justamente esta escasa distancia temporal es visible en la historia y en la narrativa, presentándonos lo índigena desde un punto totalmente nuevo. Azriel Bibliowicz nos plantea un universo que nos puede resultar demasiado familiar: medidas desesperadas para sobrevivir, problemas económicos, familiares, ambientales, corrupción y una historia de amor que podría salir mal. A lo mejor al lector no le cuesta tanto entrar en este mundo, pues ya se encuentra en él, el autor presenta datos que nos indican que la historia transcurre en una Bogotá contemporánea: fría, lluviosa, insegura y llena de tráfico. De esta forma, desaparece nuestro miedo innato de enfrentarnos a lo desconocido, de entrar al universo muisca, pues nos encontramos en la comodidad de nuestra actualidad. 

    Esta novela está tan llena de agua que el lector necesitará empacarla en una bolsa de ziploc. La historia inicia con lluvia y goteras, recorremos humedales y conocemos a los famosos cobradores de préstamos “gota a gota”, en definitiva, el agua resulta ser el motor principal de la narración. David, nuestro protagonista, un escritor de lo más rolo, se verá inundado por la historia Muisca en medio de su investigación para escribir una novela cuyo tema central sería el agua. Poco a poco, gota a gota, descubrirá la estrecha relación que guarda su complicada vida familiar y su judaísmo con la cultura aborigen que ha sido por siglos ignorada socialmente. ¿Quién lo hubiera pensado? al parecer algunos problemas del presente tienen respuesta en el pasado. Su maestro en este tema y quién lo impulsará a instruirse y meterse de lleno en el desconocido mundo aborigen será el amor. David conoce a  Zue, una líder social muisca que robará su corazón, cambiará por completo su visión del mundo y, mientras, quedarán en medio de un complicado proceso legal en el que una empresa constructora quiere arrebatarle a los muiscas terrenos de los humedales sagrados.

    Ahora bien, señor lector, esté por seguro que en ningún momento se nos presentará una historia de amor cliché, aquí el amor es un motor para el aprendizaje y el intercambio de conocimientos culturales y religiosos, es la excusa que encuentra el autor para brindarnos cantidades de información histórica y cultural sin que parezca un libro de historia, sin que se torne aburrido o forzado; David tiene la intención de entrar al mundo de Zue y su interés y disposición para aprender de ella será su carta de amor. El agua será un factor determinante: gracias a la investigación de David sobre esta se conocen, protegiendo el humedal sagrado de la constructora afianzarán su relación y como producto de esta lucha ambiental pasarán cosas… 

    Esta novela tiene dieciocho capítulos, en algunos de ellos acompañaremos a David, él lleva un diario que podemos leer y de esta manera ser conscientes del paso del tiempo en la historia y de su universo interno, nos enteramos de la situación en su casa con su divorcio y con sus hijas, de sus investigaciones en el mundo del agua y de la cultura muisca y judía. En otros capítulos podemos ver a Zue desenvolviéndose en su realidad, su papel como líder de la comunidad y los problemas que trae consigo, sus contradicciones ante el miedo, la desconfianza y la tranquilidad que le ofrece David. También podremos estar presentes en una historia más, la de los antagonistas, la empresa constructora que quiere el terreno sagrado muisca, haciendo de las suyas, de esta manera tendremos acceso al corrupto mundo legal y veremos las artimañas y planes retorcidos que se construyen desde el poder. El texto nos presentará más de una perspectiva de este universo, de manera tal que tendremos un panorama completo de todas las historias, no sólo en el plano de las acciones sino también en el plano emocional y del pensamiento. 

    Ciertamente la novela cuenta con una construcción tal que, quien la lea se entera de mil datos involuntariamente, me acerqué mucho al mundo muisca en un parpadear, sin notarlo. Resulta ser que la relación de estudiante - maestro y el cortejo son la situación ideal para que quienes lo lean consigan sentir fluidamente la introducción de un nuevo universo. Fácil de leer, con un tono amigable para todos e historias cercanas, consigue hacerse un lugar significativo en la lista de novelas sobre la cultura muisca, es satisfactoriamente una novela útil para aquellos que quieren aprender más sobre culturas aborígenes y otras realidades sin salir de la comodidad de su entorno y lo conocido. A su vez, aunque no es su intención, termina siendo una novela con un mensaje ecológico importante, el del valor del agua no sólo como recurso natural sino también como recurso social, territorial y cultural; a pesar de no tener como objetivo crear conciencia respecto a este tema, consigue hacerlo, pues el agua es la estrella de la novela.  

Sobre Valentina:

Valentina Tovar Cadena (29 de junio del 2001) nació en Tauramena, Casanare pero ha vivido desde siempre en Bogotá y es rola de corazón. Apasionada de la historia y la literatura, estudia Filología Clásica y está en proceso de hacer una doble titulación con Estudios Literarios. 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Tres miradas en torno a Pájaros en la boca de Samanta Schweblin. Parte II

Reseña Cerezas al óleo