El país de la Canela: un viaje catastrófico en busca de fantasías soñadas
Por Santiago
Gómez Castañeda.
El país de la canela
de William Ospina, novela que ganó el premio Rómulo Gallegos el año siguiente a
su publicación –es decir, que ganó el certamen el año 2009-, podría
emparentarse con la reconocida novela La
vorágine de José Eustasio Rivera. Esto debido a que el héroe de la novela
de William Ospina, del mismo modo que Arturo Cova, debe perderse selva dentro
en el Amazonas, entre frondosos bosques en que es fácil desorientarse y en
donde las reglas de la civilización se pierden y todo adquiere un velo un tanto
siniestro y terrorífico. En la novela de Ospina el narrador y personaje
principal es un español del siglo XVI que decide trabajar con Gonzalo Pizarro
en una expedición que los haría ricos, en busca del interminable bosque de
árboles de canela. Para la época, era algo natural este tipo de expediciones en
busca de mitos fantásticos, dado que, en últimas, el descubrimiento de América fue
para Europa la oportunidad de revivir una economía decadente a través de las
desconocidas riquezas del Nuevo Mundo. Además, esta novela no viene sola, pues
hace parte de la trilogía de novelas sobre la conquista que hizo William
Ospina, tratando de rescatar la figura del conquistador Pedro de Ursúa.
La trama de El país de
la canela de William Ospina es la
historia que un joven anónimo le narra a un futuro conquistador del nuevo
continente. En ella le cuenta la extraordinario y peligrosa peregrinación que
se efectuó en busca del país de la canela y cómo ante la adversidad de la selva
y la realidad, que no siempre es consecuente con los sueños del hombre, el
español civilizado perdió los estribos y llevó a cabo masacres atroces, crueles
saqueos, entre otros actos dignos de un bárbaro. El Amazonas, ya sea a caballo,
a pie o en balsa, será para los españoles en la expedición algo totalmente distinto
a lo que se esperaban, algo que de ningún modo decepcionará a los lectores.
Y es que, ¿cómo podría no existir en América el bosque de
árboles de canela tan codiciado por Gonzalo Pizarro? En un espacio en el que
habitan, o tal vez habitaban antes de la llegada de los españoles, tantos seres
legendarios como las peligrosas amazonas, los increíbles gigantes, las sirenas,
etc, cómo es posible que en el terreno donde todas las fantasías imaginables
por el europeo se materializaban, no pueda existir un bosque rojizo y aromático
que otorgara más fama al apellido Pizarro y les llenara los bolsillos de
fortunas exorbitantes. Era más que necesario para un corazón defraudado pro
Europa, que en el vasto terreno por descubrir, terminaran por materializarse
todas sus fantasías. Era preciso que la naturaleza fuera ante los ojos del
conquistador lo mismo que sus deseos. Que el extranjero encontrase en ese Nuevo
Mundo todo cuanto se rumoraba del otro lado del charco.
William Ospina |
Ospina, W., (2008). El país de la canela. Editorial Norma, colección la otra orilla.
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