Un hombre cualquiera con una mujer cualquiera

Reseña de:
"Siempre fue invierno" de Piedad Bonnett.
Por: Laura Valbuena García.

Un médico cualquiera va por una autopista bogotana a la una y media de la mañana y se ve sorprendido por la presencia de una mujer corriendo por la acera en el sentido contrario al del tráfico. Ése medico no es tan cualquiera, y esa mujer tal vez un poco. Ambos son los protagonistas de Siempre fue invierno y en esta situación Piedad Bonnett nos abre las puertas de la historia.

El inicio es bien logrado, crea curiosidad en el lector y algo de impacto. Es la madrugada, una mujer con los brazos desnudos anda por ahí, qué le habrá ocurrido, ¿Un travesti tal vez? Se pregunta Ángel. Pero no es un travesti, es Franca. ¿Estará en apuros? ¿Lo estará? Ciertamente a Franca no la habían robado, ni violado, ni había huido de ningún ladrón. Acababa de huir de su marido, que borracho conducía a gran velocidad. Lo había logrado engañar para que se detuviera, le había quitado las llaves y las había lanzado a un arbusto.

¿Qué lleva a esta mujer a hacer esto? Debe haber muchas razones y muy profundas o complejas pensaría cualquiera. Eso queda al juicio del lector. Franca es una mujer privilegiada, aburrida de un matrimonio perfecto ante los demás e insoportable para ella. Un día lo decide dejar todo, incluso a su hijo, por un impulso adolescente de libertad y bohemia.

Sí, Franca manda todo al carajo por un impulso adolescente y empieza a vivir como tal, de juerga en juerga, de cama en cama, de droga en droga, de trago en trago, mantenida (por el marido), en un apartamento en La Perseverancia, después de un tiempo de nuevo con su hijo, y su vida comienza a convertirse en una aventura poco verosímil pero con cabida en la ficción.

La novela no es mala y tampoco es buena. Se deja leer, puede mantener al lector curioso o aferrado en ciertos momentos y su final aunque inesperado no es maravilloso. Narrativamente tiene elementos curiosos. Si bien es lineal hay momentos de regresiones que permiten ahondar en la construcción o en el entendimiento de los personajes.

Ángel es un médico cualquiera hasta que sabemos su historia, sus desdichas sus dolores sus sufrimientos, su pasado. Luego de saber todo esto ya no es cualquiera. Es un personaje con determinadas características y determinadas funciones. Tal vez la más importante es intentar matar a Franca, una mujer bella cuya juventud aún prevalece y su principal característica es actuar incoherente, e impulsivamente. También es algo estúpida y tierna, inclusive ingenua, pero su rol final consiste en destacarse como una víctima silenciosa y pasiva de Ángel, decidido a intentar matarla poco a poco envenenándola con mercurio.

Siempre fue invierno no es una novela excelente, ni es una novela pésima. Es una novela construida a partir de la historia de dos personajes de distintas procedencias cuyos destinos se juntan por el azar. El relato tiene momentos demasiado interesantes y demasiado tediosos, un buen inicio y un final regular. A nivel de desarrollo si bien no tiene defectos tampoco tiene mayores virtudes.

En conclusión: leerse Siempre fue invierno puede crearle una curiosidad con anhelo de saciedad al empezar, puede causarle en ciertos puntos una fascinación satisfactoria y en otros un tedio soportable, para al final entregarle un resultado que usted puede haber deducido con la suficiente atención e ingenio, o un desenlace que usted jamás hubiera imaginado.

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