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Mostrando las entradas con la etiqueta La casa de las bellas durmientes
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El viejo Eguchi y la casa de las bellas durmientes Por: Cristian Camilo Baquero Valbuena Es común que los hombres solitarios busquen refugio en cuerpos desconocidos. Es común que los rostros juveniles llenen de nostalgia a los hombres longevos. Es común que, para unos y para los otros, el deseo se esfume o se transforme en una pálida necesidad de compañía. Eguchi, el viejo Eguchi es ambas clases de persona.  Casi por casualidad Eguchi se entera de la existencia de la casa de las bellas durmientes, un lugar en donde mujeres jóvenes y hermosas, son sedadas y abandonadas a la suerte de hombres mayores. En compañía de estas mujeres narcotizadas Eguchi es capaz de darse cuenta como su vida de a poco se agota, de cómo sus horas se consumen al igual que las horas de las jóvenes dormidas, pues basta con sentir el cálido aliento de la mujer dormida en su cara, basta con percibir el aroma suave y dulce del cuello o de las axilas de la mujer, para que la memoria de sus sentidos se a...
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Erotismo y percepción en  La casa de las bellas durmientes Por: Boris Abaunza Q. Uno podría pensar, al leer La casa de las bellas durmientes , que su autor es un hombre perturbado. Hentai , lo llamarían los japoneses: un pervertido. Y es que la historia que cuenta Yasunari Kawabata, su autor, tiene mucho de perversión. Eguchi, un hombre viejo que por su edad pronto perderá su hombría, visita una casa en la que bellas jóvenes son narcotizadas para que ancianos como él puedan dormir junto a sus cuerpos desnudos sin que ellas despierten. No debe hacer nada indecoroso con la bella durmiente, es la única advertencia de la mujer que lo atiende. No debe, por ejemplo, meter un dedo en su boca. Solo debe dormir junto a ella. Nada más anormal que dormir junto a una joven desnuda y narcotizada. En las manos de otro autor, esta podría convertirse en una historia sórdida de burdeles clandestinos vigilados por hombres con dragones tatuados en sus brazos y espaldas. Kawabata, ...
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¿Vivir despierto o dormido? Por: Daniel Canal Franco La casa de las bellas durmientes es una novela en la Yasunari Kawabata que explora la vejez y la alienación que implica para los hombres. Es una historia de soledad en la que los viejos se encuentran en una suerte de coma emocional del que solo pueden salir durmiendo junto a una joven narcotizada. La vejez es tan voraz que sentir el calor de un cuerpo junto a ellos es suficiente para que se den cuenta de que aún no están muertos, aún no. Cada noche con las muchachas es una batalla contra la senilidad en la que se enfrentan a ellos mismos. Las jóvenes son apenas una herramienta porque jamás despiertan ni se dan por enteradas de quién durmió a su lado y cuál era su historia. Ese es el caso de Yoshio Eguchi (aunque él mismo no lo reconozca y se sienta superior al resto de los ancianos que van a la casa de las bellas durmientes), un hombre de casi setenta años que empieza a frecuentar la posada, alentado por un amigo, y ...
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Fecha de vencimiento para el hombre Por: Jairo Ramírez Bohórquez Personajes principales: Yoshio Eguchi La Proxeneta Las bellas durmientes Si el premio nobel se entregara a un escritor por cada obra maestra que alcanzara, Yasunari Kawabata merecería otro Nobel por La casa de las bellas durmientes. Esta novela, austera en páginas, pero exuberante en su narrativa, sacude sin compasión alguna a quienes la cuenta regresiva los atormenta cada vez que se miran al espejo y ven las rayas pronunciadas y la piel marchita de su rostro. Una particular casa de citas, en donde están prohibidas las relaciones sexuales, es el escenario creado por Yasunari Kawabata para mostrar la multiplicidad de dramas que la vejez provoca en los hombres: la decrepitud y la orfandad traen consigo la melancolía por los recuerdos gozosos de la juventud. Yoshio Eguchi, el protagonista de la novela, es un anciano de 67 años que acude a una casa de citas para beber la juventud de unas hermosas...
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Iga, jarrones de poesía Acerca de La casa de las bellas durmientes , del escritor nobel Yasunari Kawabata en la edición de Emecé, por Pilar Giralt Por: Jose Gabriel Dávila. “Quizás el rudo tacto de los ancianos la había entrenado para hablar en sueños, para resistirse. ¿Sería eso? Rebosaba una sensualidad que hacía posible que su cuerpo conversara en silencio. La casa de las bellas durmientes, Y. Kawabata, 2012, p.p. 25. Acaso, la técnica japonesa más valorada para elaborar floreros es la iga . Al humedecerse, los colores de esta cerámica fulguran con rebeldía a su matiz original, y presentan inusitados colores que solo aparecen a altísimas temperaturas del horno. Las cenizas y el humo de la combustión, a medida que incrementa el calor, impregnan la textura rocosa y, al disminuir nuevamente de temperatura, queda un fulgor cristalino semejante al vidrio, las figuras de los floreros iga son fortuitas, si apenas somos capaces de controlar las temperaturas a los que los som...
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Una mujer dormida y un hombre despierto  Por:  Claudia Marcela García Gamboa Una posada en medio de la noche y un hermoso rostro dormido, eso es todo lo que el viejo Eguchi necesita para saber que el recuerdo de las mujeres que han pasado por su vida sigue tan presente en su memoria como el día mismo en que fue creado. Y es que, contemplando la belleza narcotizada de las jóvenes vírgenes, le resulta imposible no recordar. No era una muñeca viviente, pues no podía haber muñecas vivientes; pero, para que no se avergonzara de un viejo que ya no era hombre, había sido convertida en juguete viviente. No, un juguete, no: para los viejos podía ser la vida misma.  Escrito por Kawabata y publicado en 1961, La casa de las bellas durmientes sigue siendo hasta el día de hoy un libro curiosamente cautivador: la soledad, la pérdida de la juventud, la inevitable llegada a la senilidad, un melancólico erotismo y la presencia de la muerte impregnan la obra del nobel ni...
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La casa de las bellas durmientes   de Yasunari Kawabata (Reseña 2) Por Juan Camilo Urbina “Sintió que su vida, sus problemas a lo largo de los años se desvanecían mientras contemplaba esta cara pequeña” Eguchi es un hombre que está próximo a ser anciano y siente que toda su vida se le escapa de las manos, un día toma la decisión, más por curiosidad que por interés, de visitar un Burdel en el que las mujeres están profundamente dormidas mientras atienden a sus clientes. Esta pequeña sinopsis hace que la obra de Kawabata suene llamativa e incluso prometedora de una gran historia. Atrae al lector principalmente por el misterio que esta casa tiene al dormir a sus empleadas. Sin embargo, La casa de las bellas durmientes es una historia simple y monótona, pues no tiene la gran trama que promete en la sinopsis. Sus 5 capítulos, en los cuales Eguchi va a esta misteriosa casa, no contienen giros en la trama ni diálogos o pensamientos que alimenten la narración o la curiosidad d...
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La casa de las bellas durmientes de Yasunari Kawabata (Reseña) Por: Miguel Angel Triana Algunos dirán que el tiempo nos despega del insaciable deseo del mundo; pero eso está muy lejos de ser cierto si pensamos en la condición humana, en aquello que no deja de ser. Más allá de las jugadas perpetuadas por Cronos el hombre se resiste a dejar lo que fue y se rehúsa a ver lo que será. Yasunari Kawabata, de manera magistral, nos introduce en la nostalgia inherente a la vejez. Su libro, “La casa de las bellas durmientes ” nos sumerge en la complicada situación que implica sentir el despojo de la juventud y anhelarla tanto que solo interesa reproducir su sensación, así sea a través de un servicio peculiar; dormir junto a jóvenes sedadas, sin ninguna otra intención que sentir la brisa de juventud que ellas emanan. De esta forma, Eguchi - el personaje principal - puede rememorar a aquellas mujeres que formaron parte de su andar por la vida y nos ofrece sus concepciones sobre el deseo, la...