Cantando bajo el sol

 

Por Carolina Gómez Pulido

Alejandra no habita en ningún tiempo ni lugar. Viaja con varios artistas cantando, escribiendo y leyendo. El arte media entre ella y el mundo que va descubriendo: una realidad que, aunque situada en bares y cafés de varias ciudades de Europa, parece más un producto de su imaginación que algo externo a ella. El pensar y el sentir se entremezclan, no entiende quién es, ni lo que ve y siente, ni el amor; pero intenta representar, por medio de la creación artística, un mundo con el que no sabe cómo lidiar, el arte se convierte en el lente a través del cual decide aproximarse a la confusión inenarrable que existe dentro y fuera de ella.Esta reflexión sobre el arte es uno de los temas principales de Los girasoles en invierno, la primera novela de Albalucía Ángel, una escritora pereirana nacida en 1939 que dejó Colombia a los 24 años para viajar a Europa. En septiembre de 1967 terminó de escribir esta novela en Roma y tres años después la publicó ella misma en Bogotá, en mayo de 1970, en una edición de la que solo se imprimieron mil copias y que lleva en la portada una ilustración de Luis Caballero. 

La narración de la novela es en su mayoría un espejo de la consciencia interior de Alejandra, el personaje principal, prototipo de la heroína moderna que se encuentra en conflicto con el mundo que la rodea. Leer la novela es escuchar su mente, sus pensamientos y fantasías, incluso en las partes en que la narración se aleja y parece más un reflector que apunta a Alejandra y lo que hace, no dejamos de saber lo que hay en su interior. ¿Y qué es lo que hay? Una confusión entre pensamientos y sentires que Alejandra intenta resolver por medio de la escritura, pero inmediatamente se da cuenta de la imposibilidad de ese propósito, y escribir, junto con otras esferas del arte, se convierte en aquello a través de lo cual se puede poner en evidencia esa confusión, ese caos, eso de lo que nadie se puede librar.  

Pero lo que se pone en evidencia no es solo una confusión, sino una frustración inherente a toda búsqueda. Los girasoles en invierno es una novela principalmente sobre el fracaso del amor y sobre el fracaso de la búsqueda de la propia identidad, los cuales se evidencian en el mundo de Alejandra, en su mente, sus fantasías y en los mundos creados por los escritores que lee.

Desde el interior de su mente tenemos acceso a un bagaje literario que enriquece la intertextualidad de la novela. Hay múltiples referencias a Ray Bradbury, especialmente a su cuento “La lluvia”, también a personajes de Virginia Woolf y pasajes de El principito. Las referencias permiten que la novela pueda ser entendida de muchas formas, no es indispensable conocerlas todas para leer, disfrutar y entender el relato. Los intertextos amplían el universo de significados de la novela en su totalidad y, al mismo tiempo, del mundo interior de Alejandra, fuente ilimitada de sentidos que parece inabarcable para los lectores y permite que esta novela pueda ser leída y desleída una y otra vez.

Después de 50 años de su primera edición, esta novela solo ha sido reeditada una vez, en el 2017. Aunque esto sorprende, con cada año que pasa hay que seguir insistiendo en que Los girasoles en invierno llegue a más lectores de todo tipo, que busquen y disfruten un estilo experimental y atrevido que sorprende aún hoy por su solidez, una novela que deleita y merece ser leída y releída por muchos años más. 

Ángel, Albalucía. Los girasoles en invierno. Bogotá: Linotipia Bolívar, 1970. 

Sobre Carolina Gómez Pulido:

Bogotá, 2000. Estudiante de Estudios Literarios. Respiro palabras, me interesa todo lo relacionado con la memoria y con lo que se ha escrito en Colombia. Contacto cgomezpu@unal.edu.co



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