Reseña Diario de dos Lunas

Por: Jairo Esteban Leyva Moreno

Diario de dos Lunas, de Juliana Muñoz, relata la intimidad y las preocupaciones de dos adolescentes llamadas Luna. Nos encontramos con la Luna del momento presente, ella tiene catorce años y está en noveno grado. Esta Luna encuentra el diario de “la otra Luna”, una adolescente de 1964 que escribe sus sentimientos después de haber sido comprometida con un hombre desconocido. 

Luna del presente aún es muy joven, tiene una visión inocente del mundo y de los que lo habitan. Mientras leía me fue imposible no sonreír con sus comentarios y angustiarme con los problemas de la otra Luna. Al enmarcarse como un diario, los pensamientos y sentimientos de las protagonistas se vuelven muy cercanos. Por eso las ocurrencias de Luna del presente sobre lo aburrido de las bodas, sobre sus chismosos compañeros de colegio o sus sentimientos por Jacobo son enternecedores. Me recordó un pasado en el que los grandes problemas eran situaciones simples, tanto que ahora parecen un juego de niños. La novela se adentra en distintas preocupaciones propias del cambio de edad. “¿Sabré suficientes cosas sobre mi como para retratarme en este diario?” se pregunta Luna, expresando ese sentimiento de desorientación y de descubrimiento con el que nos preocupamos sobre nuestra identidad, sobre qué es eso que nos hace ser nosotros mismos.

De igual forma, durante mi lectura me preocupé por la Luna del pasado. Si la Luna anterior parecía inocente, a la otra Luna parece que le han arrebatado esa misma inocencia, que ha madurado por necesidad. No tan solo por tener un matrimonio concertado a sus catorce años, también porque es ella la que debe cuidar a sus hermanos pequeños y es consciente de toda esta situación. Ella se siente como si solo fuera un negocio más para su padre y, por esa misma razón, busca demostrar que es suficientemente mujer como para no necesitar aquel matrimonio. Pero ya no se podía hacer nada por la Luna del pasado. Su historia ya estaba escrita, sus problemas ya habían tenido un cierre en un tiempo remoto, y al pensarlo me entristecía aún más por ella.

Ahora bien, la novela intenta mantener oculta la verdadera identidad de la Luna del pasado, como si fuera un misterio a resolver, cuando desde un primer momento me pareció algo obvio que se trataba de la abuela de Luna del presente y un tanto ilógico que ella misma no haya llegado a esa conclusión. Creando así una intriga artificial donde, como lector, me frustraba ver que la protagonista no lo descubriría. Así mismo me parece extraño que el matrimonio concertado, que tanto había sido anticipado, no haya sucedido. El final que esperaba, doloroso y triste como la historia de Luna del pasado, se reemplaza por una conclusión más positiva pero un tanto inverosímil.

Diario de dos Lunas me pareció una novela conmovedora. Aunque tiene defectos, su historia es realmente emocional gracias a la empatía que causan sus protagonistas. Es una lectura amena y sencilla que, gracias a la intimidad del diario, me remitió a aquellos sentimientos de juventud, de inocencia e incertidumbre que todos experimentamos. La novela logra relatar el momento de transición a la adolescencia, el cambio de perspectiva que significa, las preguntas que nos hacemos, los problemas que nos encontramos y la forma de afrontarlos. Quisiera tener la inocencia e inventiva de Luna que, frustrada por no poder arreglar el pasado de su abuela, deseaba llevarle un mensaje y decirle “escápate, en el futuro nadie te obligará a casarte, o por lo menos aprende karate”.

Muñoz, Juliana. (2018) Diario de dos Lunas. Bogotá: Norma Editorial.

Sobre Jairo Esteban Leyva:

Bogotá, 2000. Estudiante del pregrado en Estudios literarios de la Universidad Nacional de Colombia. Estoy interesado en la lectura, la música, los cómics y los videojuegos; en el bachillerato me decían nerdo y me doy cuenta que tienen razón. Contacto: estebanley.2017@gmail.com

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