De espirales e intromisiones íntimas
Por Ángela Tatiana Calderón Sánchez
Por Ángela Tatiana Calderón Sánchez
¿Has pensado cómo sería entrar en la cabeza de alguien? De ese desconocido que ves caminando a tu lado aparentemente perdido entre pensamientos o de esa chica misteriosa sentada al fondo del café mientras lee un libro y escribe en su libreta: ¿Qué estará pasando por sus mentes? Y una pregunta aún más compleja: ¿Cómo entender esa lluvia de pensamientos? Sin lugar a dudas el pensamiento funciona como una respuesta inmediata a una gran variedad de estímulos; es común que se active cuando vemos algo, cuando recordamos, cuando nos distraemos y tras una serie de digresiones volvemos al pensamiento original. Son tantos, tan rápidos e incluso simultáneos los temas que pasan por nuestra cabeza que…, ¿Cómo representarlo?
Probablemente Albalucia Ángel se preguntó cómo representar lo irrepresentable y logró narrarlo. Los girasoles en invierno es la primera novela de esta autora colombiana, que propone una experimentación en la forma de contar pues explora el flujo de conciencia interior para representar eso que no se puede representar: el pensamiento. La narración se introduce en la cabeza de nuestra protagonista y se deja guiar por todo lo que ocurre en esta. Son procesos simultáneos los que Alejandra va llevando a cabo: piensa mientras lee, lee mientras observa, observa mientras recuerda, recuerda mientras escribe, escribe mientras piensa. Esta espiral es la que, no solo guía a Alejandra en su hacer, en su escribir y su leer, sino que también le da forma a la novela que leí y que me gustaría que leyeras.
¿Has escuchado la expresión “perderse en los pensamientos propios”? Porque estoy segura que es perfectamente cómo puedo definir mi experiencia de lectura con Los girasoles en invierno; solo que no son mis pensamientos, sino los de Alejandra. Tengo que ser sincera, no es una novela fácil de entender a la primera, pero esa espiral, de la que te hablaba un poco antes, te atrapa, te retuerce, te arrastra y cuando te suelta resulta que acabaste la novela. Inevitablemente querrás volver a leerla y te aseguro que cada vez será una experiencia totalmente distinta. Ya luego podremos sentarnos a hablar de nuestras lecturas. Por ahora, quiero hablarte de nuestra protagonista.
Alejandra es una escritora que se encuentra esperando la llegada de su amado, José Luis, en un café parisino mientras lee y escribe; en ese existir consigo misma se configura la narración que nos permite conocer tanto su mundo interior como exterior. Y aquí es donde puede empezar a ser algo confuso, porque no solo nos enfrentamos a sus pensamientos y digresiones, sino que también nos vemos alternados entre lo que ella está escribiendo y lo que está leyendo (el cuento de La lluvia de Ray Bradbury), acompañando así a nuestra protagonista a leer y escribir con ella. Es en esta situación donde arranca la novela y, a la par, nuestro viaje a través de esa espiral de pensamientos; pues luego nos encontraremos envueltos en recuerdos de Alejandra que nos llevarán por París, Roma, Grecia, por bares ocultos, hoteles, playas, exposiciones de arte y varias aventuras más.
¿Que de qué van todos estos recuerdos? Bueno, tenemos de todo: nos contará sobre su vida en Europa con su pintor amado; nos encontraremos con varias situaciones de estos artistas emigrantes buscando éxito en su arte y muchas otras anécdotas de su viaje por varias ciudades de este continente. Pero sobre todo, nos enfrentaremos al sentir y el pensar de Alejandra, a lo que la aqueja y muchos de sus conflictos internos que iremos descubriendo mientras ella nos lleva a ciertas experiencias y momentos de su vida.
Me niego a contarte más sobre ellos, pues no es de buen gusto ir por ahí contando los secretos, reflexiones y recuerdos de otra persona; si quieres saberlos mejor dejo que sea Alejandra quien te los cuente, directamente desde su cabeza. Te aseguro que no hay experiencia más íntima que esa.
Ángel, Albalucía. Los girasoles en invierno. Bogotá: Linotipia Bolívar, 1970.
Sobre Ángela Tatiana Calderón Sánchez:
Bogotá, 2000. Estudiante del pregrado en Estudios Literarios de la Universidad Nacional de Colombia y mamá orgullosa de un gato. Le interesan los libros, la música, la edición, la gestión y todo lo que tenga que ver con la cultura. Contacto: ange.calderon24@gmail.com
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