Amores sin tregua, literatura sin tregua
Por Vanessa Ordóñez Ubaque*
Bajo
esta premisa me adentré en Amores sin
tregua. Me encontré con una novela histórica que recrea la situación del
país entre 1861 y 1864: el ascenso al poder de Tomás Cipriano de Mosquera, el
poder de la institución de la iglesia, las costumbres de la época, las luchas
entre liberales y conservadores y la constitución de Rionegro. Desarrollada en
Antioquia, la novela se centra particularmente en las figuras de Pascual Bravo
y Tomás Cipriano de Mosquera. En esta bruma, se desarrollan dos historias más
íntimas: las de Estefanía y Obdulia, dos mujeres que padecen y soportan la
familia, las costumbres, las injusticias, pero especialmente, la marea
política. Así pues, la novela se desplaza entre la situación íntima y la
situación política.
En
ese sentido, la novela cuenta con varios personajes femeninos. Estefanía es una
muchacha aristocrática de Antioquia, que tras quedar embarazada fuera del
matrimonio con un hombre que su padre no aprueba, pero que ella ama, es
apartada de su hija recién nacida y confinada a un convento. Obdulia, la esposa
de Pascual Bravo, es una mujer aristocrática que no guarda ningún interés por
las apariencias, ni la elegancia de su círculo, sino solo un fiel amor a su
esposo, aunque este se encuentre en la cárcel. Como ellas, otras mujeres se
presentan en la historia. Flor de Lis, una prostituta condenada a la vida de convento
es una mujer fuerte, desparpajada y audaz. La madre de Estefanía, doña Inés, es
una mujer refinada y ahogada por la violencia de su esposo. Estas mujeres
encarnan la feminidad, la maternidad y la sexualidad, enfrentadas a una
sociedad conservadora.
Así
pues, la novela muestra un gran interés por el pasado. Sin duda es el resultado
de una ardua investigación y una muestra de aguda estética. En efecto, María
Cristina Restrepo ha trabajado hondamente en traducción y su escritura en esta
novela revela un empeño por encontrar la palabra precisa para crear atmósferas
y definir personajes. En cuanto a la historia del país y su tratamiento en la
novela, esta deja ver un posible panorama de la época. Creo, como lectora, que
la novela usa la historia sólo como un trasfondo y que lo valioso de esta obra
es la humanidad, los sentimientos, el desarrollo de los personajes. La novela
no pretende contar cómo fue la historia del país, ni mucho menos tiene una
finalidad didáctica. Tan sólo es una mirada al pasado a través de los ojos de
Pascual Bravo, Tomás Cipriano de Mosquera, Estefanía, Obdulia, entre otros,
personajes históricos, pero también ficcionales. Lo importante, a mi juicio, no
es conocer la historia del país, sino la vida de un hombre como Pascual Bravo,
joven pero valiente, cuya visión progresista le permitió hacer mucho en poco
tiempo.
Al
ser esta la esencia de la novela, el lector puede, como en toda buena novela,
hacerse preguntas diversas. Pascual Bravo, por ejemplo, el personaje central de
la historia, encarna muy bien la contradicción de la identidad nacional entre
el conservadurismo y el progresismo. Es un hombre subordinado a Mosquera que
confía ciegamente en el progreso del país y ve en la iglesia un freno para el
desorden, pero también para el avance. Sentencia y defiende así la política
colombiana de 1861: “Pero el afán de gloria está siempre presente. No tiene
color, ni bandera, ni partido político”. Como este, hay momentos de la novela
en los que se hacen disertaciones sobre las causas políticas, sobre las
decisiones públicas o sobre la libertad para un pueblo como Colombia, que pueden
incitar el cuestionamiento sobre nuestra historia. Pero cuando conocemos a
Obdulia y su peculiar forma de ser, quizás, nos cuestionamos a nosotros mismos.
La
novela logra exhibir figuras femeninas de finales del siglo XIX y los roles a
los que están supeditadas, las pretensiones políticas, la volatilidad de los
seguidores de un partido político, la urdimbre de los gobiernos, la hipocresía
de la iglesia y los ideales desdibujados de los liberales y conservadores. Todo
ello germina, cuando logra hablarnos de nosotros mismos, o cuando permite mostrarnos
que tal vez los tiempos pasados se parecen al presente, que Colombia es un país
que no da tregua y por lo tanto su literatura tampoco.
Volviendo
a las preguntas del inicio, Amores sin
tregua es una novela que puede ofrecernos un panorama del pasado para
reflexionar tanto sobre nuestro pasado, como sobre nuestro presente e incluso
sobre nosotros mismos. Es una escritura muy íntima, sincera y sin pretensiones.
La historia en la literatura ha tenido muchos tratamientos y tú, lector,
escoges qué prefieres. Por mi parte, querido y fortuito lector, creo que la historia
puede ser entendida como una mera reconstrucción de los sucesos pasados, pero
también puede entenderse como las decisiones que tomamos en el presente y
repercuten en la historia. En Colombia, quizás, la historia, en las vicisitudes
actuales, sea la necesidad de la memoria y de pensarnos como hacedores de
historia. Es por ello, que considero que las novelas que abordan nuestro pasado
deben, sin caer en lo ideológico y panfletario, hacer tambalear las certezas de
los lectores e incitar al cuestionamiento. Amores
sin tregua será una lectura que te permitirá explorarte. ¿Y tú? ¿Qué
esperas del pasado?
Restrepo, María Cristina. (2006). Amores sin tregua. Colombia: Seix Barral. 278 págs.
*Bogotá, 1994. Lic. en Español y Filología clásica de la
Universidad Nacional de Colombia. Estudiante de la Maestría en Estudios
Literarios de la Universidad Nacional de Colombia. Mis áreas de interés son la
literatura clásica, la literatura comparada, la teoría literaria y la
pedagogía. Información de contacto: avordonezu@unal.edu.co
Comentarios