Entrevista a María Cristina Restrepo sobre su novela Amores sin tregua (2006)

Por Vanessa Ordoñez*


Vanessa Ordoñez: ¿Por qué decidiste escribir Amores sin tregua?
María Cristina Restrepo: Como todo en la vida las ideas te van consumiendo sin que uno sea muy consciente. Un día oí una conversación sobre Pascual Bravo. Se dijo que había muerto muy joven siendo gobernador de Antioquia y eso me llevo al pasado cuando yo era niña y pasábamos con mi papá al pueblo de Marinilla y siempre al pasar el puentecito decía “aquí mataron a Pascual Bravo”. Esa conversación me remitió a un lugar lleno de árboles, con sol y sombra, con un monumento muy feo y yo quise estudiar ese tema que parecía apasionante. Empecé a leer sobre Pascual Bravo y vi que era una especie de héroe del siglo XIX, lleno de ideales, un hombre que se mezcló entre la pluma y la espada, como Jorge Isaacs, luchador, con unos ideales muy elevados, poeta y me llamó la atención. Estudié sobre el tema y empecé a estructurar la novela.
VO: ¿Qué dificultades tuviste en el proceso de escritura?
MCR: Las dificultades siempre son las mismas. Cuando uno escribe una novela, puede ser la décima y es tan difícil como la primera. Una de las mayores dificultades es poner hablar a la gente, que las palabras de los personajes suenen reales, que de verdad estos personajes de ficción, porque, aunque sean históricos tienen mucho de ficción, que sus palabras suenen a verdad, que el lector no sienta un diálogo impostado, si no que fluyan dentro del relato. Sobre Memorias de Adriano, de Yourcenar, la autora decía en una entrevista que se había decidido a escribir las memorias de Adriano como una extensa carta porque no se había sentido capaz de poner a los romanos a hablar. Por otro lado, crear una ambientación histórica es difícil, porque hay que estudiar un poco más, hay que visitar casas viejas, ver los lugares. El lugar de la batalla de cascajo lo visité el mismo día en el que se llevó a cabo y fue impactante ver ese lugar tan paradisiaco de un día de verano bellísimo, muy arborizado, en el cual a Pascual Bravo lo masacran, sus enemigos se ocultan y le disparan a mansalva. Lo otro, es que tú tienes un personaje histórico, como Pascual Bravo, sabes cuando nació, dónde nació, pero no sabes cómo fue esa persona, su ser humano como era. Entonces tú tienes que componer un personaje histórico que al mismo tiempo es fundamentalmente un personaje de ficción. Ese personaje debe conjugar esos dos elementos. Debe ser creíble: una persona con gustos, con miedos, con ambiciones con fracasos. Es difícil, pero es fascinante.
VO: Justamente quisiera saber cómo es ese proceso. ¿Cómo le das personalidad a personajes históricos?
MCR: Cuando escribo una novela de un personaje histórico o no histórico, a cada personaje le abro un archivo. Anoto sus características, en qué año nació. Cuando uno escribe una novela es muy importante ser cociente de la edad de los personajes. Anoto esto y luego empiezo a desarrollar su personalidad. Escribo mucho: le gustan estos colores, se viste así, le gusta vestirse así, tiene problemas en su matrimonio, fue una niña abusada en su niñez, le gustaba la lectura, tuvo estas dificultades… Yo anoto y anoto y anoto y cada personaje tiene una descripción que no necesariamente va al libro, pero que tiene que estar en mi conciencia. Es muy importante, porque si tú conoces a esos actores, puedes escribirla más fácilmente, que si sobre la marcha los vas conociendo. Debes tener claro quién es quién y cómo es cada personaje.
VO: ¿Cuánto demoraste escribiendo la novela?
MCR: Tres años. Yo demoré tres años. Además, yo corrijo mucho. Voy a decirte la verdad. Yo escribo una novela diez, doce, catorce veces. Escribo la novela, imprimo y luego la retomo. Corregir no es simplemente cambiar un punto, una palabra. Se ahonda en las descripciones, se mejoran los diálogos. Uno busca concatenación y coherencia entre lo que se dijo en el capítulo 3 y lo que sucede en el capítulo 17. Entonces yo repaso mucho la novela y cuando creo que ya está bien la guardo algunas semanas, la doy a leer a una persona que tenga la capacidad de criticarme, hago caso de algunas sugerencias y ya la llevo al editor.
VO: Su novela tiene bastante trasfondo histórico y algunos de sus protagonistas son históricos, ¿considera la novela como novela total? ¿Por qué?
MCR: Bueno, la definición tradicional de novela histórica es que es una novela que trata de personajes reales en un determinado periodo de la historia… Yo creo que toda novela es histórica, porque una novela que sea ficción es también el producto de un momento. Y puede servir en el futuro como fuente para la historia. Mira La Odisea y todo lo que aprendemos de los griegos antiguos leyendo la Odisea. Esta novela [Amores sin tregua] tiene unos marcos históricos, pero toda la intimidad de los personajes, el sentimiento que ponen es ficción. Un ejemplo, lo que siente Pascual Bravo al hacer su programa de gobierno o cuando es perseguido por los conservadores no es algo que te cuenten en los libros de historia y debes llevarlo a la ficción como si fuera una novela no histórica y como si Pascua Bravo nunca hubiera sido gobernador de Antioquia y como si no hubiera muerto cómo murió. Una novela histórica cuenta las cosas como podrían haber sucedido. La historia tiene que ser fiel o lo más fiel posible, porque los hechos se van tergiversando y nadie tiene acceso a la verdad verdad. La historia debe ceñirse a los sucesos tal como fueron. La novela histórica cuenta las cosas tal como pudieron haber sucedido. Realmente creo que escribir una novela histórica o una novela que sea enteramente ficción no es muy distinto, porque lo que hay de ficción en una novela histórica es casi todo.
VO: ¿Cuál fue el proceso de investigación para la novela?
MCR: Yo tengo muy buenos amigos en las bibliotecas, tengo amigos historiadores a quienes les consulto y quienes me recomiendan textos. En el caso específico para esta novela fue el profesor de historia Roberto Luis Jaramillo, quien muy generosamente me prestó libros de su biblioteca. También consulté documentos de la época, estuve varias veces en el archivo histórico de Antioquia. Es fácil, tener acceso a algunas fuentes históricas no es muy difícil, sobre todo cuando uno está haciendo novela histórica de su región. Otra cosa me ocurrió cuando escribí sobre Isaacs. Me pidieron hacer una biografía de Isaacs y tuve que decirle a Darío Jaramillo que yo no era capaz de escribir una biografía porque no tengo acceso a las fuentes históricas, entonces voy a novelar.
VO: ¿Qué buscaba con la novela?
MCR: En mi caso, uno va un poco a tientas. Lo que siempre busco en esta y en todas mis novelas es trabajar hasta que sienta que di lo mejor de mí, hasta que diga hasta aquí llegué, hice lo mejor que pude, tengo el mejor libro que pude haber escrito. Para mí el placer de escribir está en el escribir. A mí no me gustan presentaciones, ferias, festivales. Me parece que eso no tiene mucho que ver con la literatura y sí mucho con el mercadeo. Mi qué hacer es escribir, que me produce el mayor placer. El reto de ver que una página que estaba regular se fue mejorando, hasta que me deja satisfecha, que es una página armoniosa, equilibrada, que la prosa está bien, que los diálogos son trasparenten. Eso busco, tener paz conmigo misma y decir di lo mejor que pude.
VO: ¿Qué novelas o escritores son importantes para ti?
MCR: Hay un escritor inglés que se llama Robert Harris que tiene una trilogía de Cicerón que para mí es magistral. Él combina el rigor histórico, con el humor, con la gracia. Esos personajes de la Roma histórica vibran, viven y tienen la mentalidad que te llevan para Roma. Rober Harris es de los grandes de la literatura. Me gusta mucho. Me parece que en Colombia la María es una novela que hemos subvalorado, es una novela bellísima. Me gusta José Eustasio Rivera, su Vorágine me parece espectacular. De los contemporáneos colombianos me encanta Evelio José Rosero. Me gusta muchísimo Tomás Gonzales. Tengo una amiga que trabajó en mi taller de literatura. Se llama Ana Ramírez y tiene una novela magistral sobre los días previos a la muerte de su madre, ojalá se la publiquen, se llama Mientras mueres. Ana Ramírez es una de las grandes colombianas. Me gusta mucho Delirio de Laura Restrepo. Me encantan los novelistas del siglo XIX. Si uno quiere aprender a escribir, lea a Dickens, Tolstoi, Wilkie Collins, George Eliot, Balzac, Flaubert, Maupassant, esas novelas son eternas. Me encanta la novela histórica, no toda. Soy muy rigurosa.
VO: ¿Qué te inspira?
MCR: Poco. Casi cada. Una vez que uno escoge el tema o que el tema lo escoge a uno, lo que sigue es trabajo. Es decir, hacer una carta de navegación, conocer a los personajes, escribía varias páginas al día, corrija y vuelva y corrija, hasta que a la novela empieza a latirle el corazón y empieza a respirar.
VO: ¿Por qué el título Amores sin tregua?
MCR: Es una historia triste. La novela se llamaba Doble filo. Me parecía que era un título que proyectaba lo peligrosa que es la política. Pero un día me llamaron a decirme que mi novela no vendía con ese título y que tenía que llamarse Amores sin tregua. Y dije muy bien y se le cambió el título.
VO: ¿Cuál fue el personaje favorito y cuál el más difícil de escribir?
MCR: Mi personaje favorito fue Obdulia, la esposa de Pascual Bravo. Es un personaje cien por ciento de ficción. De Obdulia no sabía nada. Me empecé a encariñar de Obdulia. El más difícil Berrío. Es un personaje distante, frío. Además, era el antagonista de Pascual Bravo. Fue un gran gobernador y, al margen de la novela, gobernó con el mismo programa gobierno que había elaborado Pascual Bravo, gobernó por diez años e impulsó mucho el desarrollo del departamento. Pero fue muy difícil tomar ese señor tan serio y jugar con el en las páginas.
VO: En tu novela hay varios personajes femeninos. ¿Eran importantes para ti? ¿Buscaste que los personajes femeninos fueran importantes?
MCR: Como mujer siempre me preguntan por mis personajes femeninos. Yo no lo hago adrede, poner personajes femeninos fuertes en mi novela. Pero como mujer conozco bien las intimidades del alma femenina y me van resultando, como Obdulia. No sabía nada de Obdulia y ella tomo más protagonismo en la novela o como doña Marcelina. Pienso mis personajes femeninos son el resultado de lo que he aprendido de mí misma y de las mujeres en general.
VO: ¿Por qué la estructura de la novela es por fechas y partes?
MCR: Me pareció lo más fácil en aras de la claridad de la novela, para que el lector no se perdiera y para que yo misma tampoco me perdiera. Me pareció más fácil que la novela tuviera una estructura lineal muy convencional. Creo que cuando se escribe novela histórica es más fácil hacerlo de esa manera.
VO: ¿Qué es lo más valioso de la novela?
MCR: ¡Qué pregunta! Yo creo que la novela muestra las posibilidades de una persona a pesar de su juventud, todo lo que una persona con su fuerza de voluntad es capaz de hacer en muy pocos años y con el viento en su contra, como lo hizo Pascual Bravo. Hizo tanto en tan pocos años. La novela puede ser un espejito de las posibilidades de voluntad humana.
VO: ¿Al escribir tu novela, pensaste en hacer una relación entre el pasado y nuestro presente, que la novela nos dijera algo a los lectores de nuestro presente?
MCR: Sí, pero sólo para mí, no para los lectores. Yo me cuido mucho de hacer apostolado, de pretender que la gente va a ser mejor, que la gente va a entender la vida. Me parece que, si uno empieza a escribir así, uno termina convertido en una monjita, en un predicador. Para mí sí, para mi es apasionante, fascinante hacer relaciones, paralelos y descubrir, porque cuando tú escribes una novela, vas descbriendo cosas sobre la vida, sobre la historia, sobre ti misma, sobre la familia, sobre personajes que no llegan al libro pero que te enseñan. Ahora si algún lector establece algún paralelo o se interesa por la historia, maravilloso, pero que esa no sea la intención de la novela.
VO: ¿Qué le deja la novela y los personajes?
MCR: Esa novela me deja la satisfacción de ver qué había pasado en aquel lugar donde al pasar el puentecito mi papá decía “aquí mataron a Pascual Bravo”. Fue descubrir una tragedia en Antioquia. Me dejó la satisfacción de decir que hice lo que mejor pude y de terminar algo. Cuando uno entrega un trabajo es muy satisfactorio entregarlo y ser capaz. Como te dije al principio, cada libro es como si fuera el primero. Y al terminarlo uno dice lo logré, así sea para mí no más. Me deja la felicidad de que ese libro se va y uno se puede olvidar. No sé si les ocurre a otros escritores, pero uno se compenetra con el libro y uno siente cargando el libro en la cabeza y de pronto el libro se publica y se lanza al vacío a los lectores y ese libro deja de importarle a uno. Eso también es muy satisfactorio.
VO: ¿Cree que hay algún compromiso al ser una escritora colombiana?
MCR: No, el compromiso de escritor en Colombia es el mismo que se tiene al escribir en China, Estados Unidos o Argentina, es la obligación de dar lo mejor, de que el libro sea el mejor posible.
VO: ¿Qué pueden esperar los lectores de Amores sin tregua?
MCR: Yo quisiera que el lector esperar que el libro va a ser lo suficientemente interesante como para llegar al final. Va a tener en sus manos un buen libro, un proyecto de calidad, que no va a ser engañado, que no fue una novela hecha a la carrera por publicarla y ya. El lector se enfrenta a un trabajo serio a un trabajo riguroso. Espero que el lector pueda descubrir algo dentro de sí mismo, más que de la historia de Colombia, que el lector al cerrar el libro se haya hecho una pregunta y que tal vez se haya dado a sí mismo una respuesta.
VO: ¿Qué es la historia para María Cristina Restrepo?
MCR: La vida, la historia es la vida. La historia es lo que hemos hecho los humanos de la vida en la tierra. Desafortunadamente, a veces vemos que seguimos embarcados en la guerra, en la autodestrucción. Pero la historia es eso, la vida en la tierra.



* Bogotá, 1994. Lic. en Español y Filología clásica de la Universidad Nacional de Colombia. Estudiante de la Maestría en Estudios Literarios de la Universidad Nacional de Colombia. Mis áreas de interés son la literatura clásica, la literatura comparada, la teoría literaria y la pedagogía. Información de contacto: avordonezu@unal.edu.co

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