Quiero sentirme como si hubiera sido engendrado: Entrevista incorpórea a Sergio de la Pava
Por
Richard León*
Sergio de la Pava es un autor norteamericano, de
ascendencia colombiana, nacido en New Jersey en 1971. Ejerce como abogado de
oficio en la Corte Penal de Manhattan, en New York. Hasta aquí llegan sus datos
biográficos conocidos —descontando el consabido “SERGIO DE LA PAVA es un
escritor que no vive en Brooklyn”, que aparece en la contraportada de Una singularidad desnuda—.
Su carrera como escritor ‘inicia’ con la
publicación de la novela A naked
singularity, cuyo tránsito en el mundo de la literatura norteamericana fue
lo suficientemente atropellado como para evadir su narración: escrita entre
1999 y 2004, y después de múltiples rechazos editoriales, finalmente es
autopublicada en 2008, con el modelo de XLibris
o ‘impresión bajo demanda’ de Amazon. Gracias a esta forma de autopublicación,
la novela no tarda en caer en manos de la crítica especializada estadounidense,
lo que permite que The University of Chicago Press la reedite en el año 2012 y
la catapulte como ganadora del premio PEN 2013 a mejor novela debut. Es autor
de las novelas Personae (2011) y Lost empress (2018).
Richard León: Aunque la
entrevista, en principio, estará orientada a indagar a propósito de Una singularidad desnuda (supongo que no
dejará de parecer curioso hablar acerca de una novela publicada hace casi una
década), no planeo dejar de lado algunas preguntas que nos puedan llevar a
generar una suerte de reflexión en torno al género novelesco. Espero que esto
no sea una molestia. Me gustaría iniciar con una pregunta que podría
considerarse ya un recurso clásico para este tipo de entrevistas, cuando el
tema central es una obra de arte en específico: ¿cómo nace Una singularidad desnuda?
Sergio
de la Pava: Nació de la rabia y la frustración. No sólo contra el sistema de
justicia americano, sino con la manera en que el humano trata a su hermano y
hermana. Creo que esa rabia no solamente impulsó a la obra, también se puso de
manifiesto en cada una de sus páginas.
RL: Ya entrados en gastos, me
gustaría profundizar en el territorio de la escritura, ¿cuál fue el proceso que
desarrollaste para alcanzar finalmente la estructura de la novela?
SP:
Para mí, la estructura de una novela debe ser como un rumor para al escritor.
Un rumor que se va concretando poco a poco con detalles que, si todo marcha
bien, crean la música del arte.
RL: Yo estoy convencido que
todo autor hace parte de una corriente o una tradición, quizá como heredero,
perpetuador y, a su vez, renovador. ¿A qué tradición narrativa consideras que
te encuentras ligado principalmente?
SP:
Creo que no estoy capacitado para considerar cuál podría ser la tradición
narrativa en que se inscriba Una
singularidad desnuda. No me gustan las tradiciones narrativas porque son
maneras de constreñir mi libertad artística. Y, además, la opinión de otros
sobre la obra puede que tenga más autoridad por razones de objetividad y
pericia.
RL: En uno de esos ensayos
iluminadores, Borges afirma que “el escritor crea sus precursores”. ¿Qué opinas
de esta idea? ¿A quiénes podríamos considerar como los precursores de Sergio de
la Pava?
SP:
Creo que estoy de acuerdo. Porque mientras soy sumamente consciente de mi
proceso creativo y artístico, cuando creo arte tengo muy poco interés en lo que
me creo como artista. Quiero sentirme como si hubiera sido engendrado, no
hecho. Esta creencia es lo que sostiene la energía que le da vida a las obras.
RL: Bien, has sido esquivo a
detallar las fuentes de las cuales bebe tu escritura. Además del evidente
interés que sientes por Virginia Woolf —como podemos suponer de acuerdo con A day´s sail: Fight and metaphor in Virginia
Woolf, Gatti–Ward, and Corrales–Castillo[1]—, ¿qué otros autores han
conformado tu oficio de lector?
SP:
He tenido un gran interés en Melville, Joyce, Dickinson, Dostoievski, Tolstoi y
muchos otros, demasiados como para contarlos.
RL: En cuanto a cómo nace Una singularidad desnuda, estoy de
acuerdo en que esa frustración y ese enojo resultan palpables en Casi, el
personaje central de la novela. ¿Afrontaste, en algún momento, una lucha
interna para lograr el justo equilibrio entre la denuncia social y el arte
novelesco?
SP:
No hay momento alguno en el que como escritor de novelas no esté preocupado por
los efectos literarios y sus logros. Si algo es una denuncia, una celebración
o, aún más probable, ninguna de las dos, depende demasiado del lector como para
que se convierta en mi preocupación principal.
RL: Siento que en Una singularidad desnuda se da un fuerte
resquebrajamiento de la realidad, como si el tejido del que ésta se encuentra
formada fuera un delgado velo que al más mínimo contacto se rasgara. ¿Qué es la
realidad para Sergio de la Pava?
SP:
La realidad es universal, con lo cual quiero decir que si el universo contiene
algo, ese algo es necesariamente real. Bajo esa definición, un personaje
literario, por ejemplo, es tan real como el dolor en tu pulgar o el martillo
que lo causó. Así que, posiblemente, Casi no pierde conexión con la realidad,
sólo adquiere más acceso a ella.
RL: En la novela yo creo que se
evidencia una fuerte soledad. Casi, a pesar de encontrarse rodeado por personas
—tanto en su trabajo como en su vida personal—, pareciera no terminar de
conectar con ninguno. Incluso, esta desconexión parece generalizada a la
sociedad en su conjunto, en el marco de la novela. ¿A qué crees que se deba
esta soledad del hombre del siglo XXI?
SP:
Estoy de acuerdo con que este es un aspecto de la novela. Me es más difícil
afirmar si es un aspecto de la experiencia común. En realidad no busco
establecer un espejo de nada, sólo voy a donde la esencia me lleva.
RL: Como lector de Una singularidad desnuda, creo que hay
una enorme ambición por captar las voces que conforman a la realidad, por
atrapar una serie de perspectivas que, en conjunto, permitan reconstruir ese
delgado tejido. Ese parece ser uno de los intentos totalizadores de la novela,
por lo menos desde el siglo XX, ¿cuáles deberían ser los derroteros para la
novela en este siglo?
SP:
No tengo una opinión o un interés lo suficientemente fuertes en el trabajo
contemporáneo para atreverme a aseverar forzosamente cómo o cómo no debería
verse ese trabajo. Finalmente, tú eres responsable de lo que creas. Esa es la
razón de por qué ponen tu nombre en la obra. Y ahí es dónde viene el juicio, no
basado en ninguna clase de tentativa de algún autor.
RL: Hay algo que me parece
tremendo de la novela. Cuando Casi se entrega totalmente a la escritura del
recurso defensivo para el caso de Jalen Kingg, las reflexiones acerca de este
acto de escritura dan la enorme impresión de ser reflexiones de la novela sobre
sí misma, dejando entrever tanto el arduo trabajo que significa como la
satisfacción intrínseca del acto de escritura mismo. ¿Qué significa la
escritura literaria para ti?
SP:
Para mí, significa mucho de lo que significó para Casi en sus circunstancias:
una mezcla adictiva de poder, euforia, frustración, compulsión y muchos otros
elementos, que incluso me son difíciles de identificar...
___________________
* Bogotá, 1986. Lic. en
Humanidades y Lengua castellana de la Universidad Distrital F.J.C. Actualmente
candidato a Magíster en Estudios Literarios de la Universidad Nacional de
Colombia. Algunos textos de mi autoría han sido publicados en Notas al margen,
Revista Gavia, Blog Indieo y Casa Litterae. Creador y coordinador de Revista
Esperpento, página de divulgación literaria y cultural. Mis áreas de interés
son la escritura creativa, la literatura, los estudios y la crítica literarios.
Información de contacto: rileonv@unal.edu.co,
http://revistaesperpento.blogspot.com
[1] Traducido por Pablo Duarte como A un día en barco: Pelea y metáfora en
Virginia Woolf, Gatti-Ward y Corrales-Castillo, para la revista Esquina
Boxeo, https://issuu.com/esquinaboxeo/docs/esquinaboxeo_3.
Artículo original en inglés en: https://www.canopycanopycanopy.com/issues/11/contents/a_day_s_sail_
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