ESPERANTO… ♪♪♪♪


ESPERANTO… ♪♪♪♪


Esperanto.
Rodrigo Fresán.
Editorial Tusquets.
Barcelona 1997.
Por: Tatiana Pagotty Mendoza

«Nadie me entiende», esta frase, esta simple expresión, representó una generación de jóvenes, una generación que se vio impregnada por Tenis Converse, Grunge, camisas a cuadros y Levi’s rotos en las rodillas, toda una generación que, acompañada por su máximo exponente, la banda de Seattle Nirvana, pusieron un grito en el cielo y se hicieron sentir. Bueno esto al parecer, era el caso particular de los primeros años de los noventa en Estados Unidos, pero acá, tarde que temprano, esta ola tendría que llegar.

Es extraño que tal ‘enmienda’, sea el presupuesto de vida de un hombre que, como su mismo nombre indica, es incomprensible, Esperanto, Federico Esperanto, toma como su slogan esta frase de una época en la cual se siente extraño y en la que no encaja y simplemente no encajará. La novela de Rodrigo Fresán, que lleva el mismo nombre de su personaje principal, Esperanto, se me presentó dividida en 8 días continuos, en los cuales se describía de manera profundamente superficial la vida de Esperanto, sus problemas más íntimos, sus gustos, las citas con su psicoanalista y una trama bastante enredada entre música, mujeres, amor y encuentros poco geniales entre un hombre y una época que él no comprende o que, a lo mejor, no lo comprende a él.

Al leer la obra de Fresán sentí cierta fascinación, no sólo por el texto y la narrativa en sí, sino por las múltiples referencias musicales y hasta cinematográficas que pude identificar. Una de ellas incrementó mi curiosidad en el texto fue aquella relacionada con la doble identidad del medio hermano de Esperanto, Dany/Tony, quien me reveló de inmediato a Kubrick y “The Shinning”. En esta obra cinematográfica, el director revela los deseos más terribles de un hombre que enloquece por no soportar su propia persona y (coincidencialmente) termina en el asesinato y su propia muerte. Por otra parte está la música, (fue allí donde me adentré en el texto) desde el presupuesto “grunchero” de «Nadie me entiende», con Nirvana y la nueva ola musical de los noventa. Esperanto, a pesar de su conflicto con esta nueva generación, se somete a ella sin escuchar su música, casi odiándola y obviándola, sin conocer mucho de sus manifestaciones y background. Lo que no entiende este personaje de Fresán es que tiene mucho de ello, de esta nueva subcultura del «Nadie me entiende».
La conexión para mí fue inmediata. Un hombre que puede identificar cada uno de los personajes que aparece en la carátula del álbum de The Beatles “Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band”, además de conocer todas las canciones que lo integran, desde la primera (con el mismo nombre del álbum) hasta la última, “A Day In The Life”, la cual simboliza el punto del clímax del surrealismo y la psicodelia, además de representar una época de cambios y fragmentación, desde su forma de composición hasta lo que nos relata la canción con un toque de ironía y crítica. De esta manera, los Beatles se convierten en un hilo conductor en la novela, de la mano de Esperanto podemos ver una materialización de esta época, de la aparición de la psicodelia, del cuestionamiento continuo y llegar a la conclusión de verse encerrado en sus miedos e inseguridades, buscando constantemente un lugar dónde depositarlos, además de hacer viajes propios guiado por su inconsciente como único escape.

Creo que Esperanto es un personaje que se cree único y original, pero a mi parecer es una fusión de muchas épocas, de visiones y trasformaciones; así, en él podemos observar también la vida transgresora de los 70’s, en la cual pretende quedarse o al menos negarla, evitarla, ¡Yo qué sé!, y le toca vivir la era Kurt Cobain, (quien particularmente era tan conocedor de los Beatles como él al parecer lo es) en la que se siente extraño, pero creo que es lo que mejor se le acomoda, al no querer pertenecer se integra aún más en ésta, en lo apocalíptico, en perderse siempre en el filo de la navaja, en asomarse a un precipicio, en flotar mientras se cae sin tocar nunca el suelo, sólo caer; seguir cayendo, cayendo hasta el punto donde simplemente sólo le quedan recuerdos, música, amores y ahora situaciones de las cuales quiere y necesita huir. No sé si la mejor descripción de Esperanto sea la de un hombre tan lleno de problemas internos que siempre huye, huye de sí mismo, de su cabeza, de su pasado, de la gente que lo rodea, y así intente una y otra vez, en vez de enfrentar su realidad siempre termina huyendo, simplemente no tiene más salida, más escapatoria que una foto, sus viejos éxitos musicales y un repertorio excepcional de los Beatles.

Al leer casi sin aliento el texto de Fresán y dejarme llevar por Esperanto y todas sus excentricidades e ideas, me di cuenta de que es más fácil reconstruir el personaje desde las referencias que nos pone Fresán en los ojos y en los oídos, no sé si es por darnos cuenta de su erudición musical o su fascinación por la misma; Esperanto para mí fue un molde, un tipo de personaje que se podría moldear, que desde la música cobraba cada vez más sentido e identidad. Es un personaje que me conmueve, leí la novela perdiéndome como él en las 605 canciones que tengo de The Beatles y simplemente sentí su tristeza y desesperación, Esperanto sencillamente me atrapó.
Sé que no sería prudente recomendar la novela porque no les estoy contando mucho de ésta, pero sé que la volvería a leer, intentaría buscar más, rebuscar más en el personaje, así que para mí el resto del texto de Fresán personalmente, es historia.

Comentarios

Diego Arenas dijo…
No das muchas pistas acerca del libro pero me gusta mucho el abordaje.

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