Entrevista a Julián Isaza

Julián Isaza es el autor del libro de cuentos Ondas Expansivas, reseñado en Mohan

Julián Isaza:
Comencé a escribir por mi carrera, yo soy periodista e hice una maestría en la Nacional después. Desde que comencé a dedicarme a medios escritos me he movido en géneros que tienen que ver con la literatura, que son el perfil y la crónica. En esos géneros he estado publicando constantemente acá dentro de la casa editorial El Tiempo. En el 2009 me gané el premio Rey de España de periodismo por una crónica. Ahora soy editor de la revista Carrusel y estoy escribiendo ficción desde hace unos cuatro años que fue cuando empecé a escribir Ondas Expansivas.

Empecé a escribir el libro un año antes de empezar la maestría en escrituras creativas en la Universidad Nacional, más o menos en el 2008, en la maestría como que lo terminé de afinar, pulir lo que ya tenía, construir otras historias, muchas de ellas salieron en el libro otras se quedaron por fuera. El libro salió publicado en el 2010 en una editorial de Argentina llamada “El fin de la noche”, que es un proyecto bien novedoso y bien chévere porque ellos creen en la democratización de la lectura, es decir, en disponer todos los textos gratuitamente a los lectores y que el lector que lo lea completo y quiera comprarlo pues que lo compre, es decir que primero puedan tocar y probar el producto y que después ellos decidan sí lo compran o no.

Rafael Cely: ¿Esa es una dinámica que propone la editorial o ustedes deciden sí publican o no el libro en la Red?

J.I:
No, esa es una dinámica de la editorial con la que yo estoy de acuerdo. Me parece muy bueno eso de poner a disposición un libro sin cobrarlo y simplemente seducir al lector para que, sí a bien tiene, pague lo que cueste un libro me parece del carajo pues es una forma de llegarle aun publico más grande y también de poner la literatura disposición de todos, sobretodo sí uno es un autor nuevo.

Mónica Vilá: ¿Cómo cree que influye la labor del periodista en lo literario?

J.I:
Yo intento hacer lo que hace mucha gente que es periodista y escribe, intento separar las dos cosas, la ficción y la no ficción. Tener dos voces. Es decir, cuando yo estoy escribiendo una crónica, estoy en un disposición distinta a cuando escribo un cuento, por supuesto porque las reglas de cada una son bien distintas y también porque el tono en el que cada uno está contado debe ser distinto.

R.C: ¿Eso implica que usted se aleje un poco del realismo? El que usted esté en el ámbito del periodismo, ¿lo hace alejarse de contar las cosas tan directamente y tomar más el camino de la ciencia ficción?

J.I:
Yo creo que sí, el objetivo de la ficción es totalmente ficción. Y eso es lo que me gusta también y es mi interés como lector, la ciencia ficción, mientras que con el periodismo uno está totalmente apegado a la realidad. La forma en que yo he conseguido, una por gusto y dos por practicidad, es encontrar en la ficción un poco más, digamos como más anabolizada y un poco más absurda, es como encontrar esa distinción entre los dos tipos de escritura.

M.V: Dentro de lo literario, ¿cuáles son tus intereses, qué es lo que más te llama la atención?

J.I:
A mí me gustan mucho los autores gringos. Me interesa mucho la ciencia ficción, pero no ciencia ficción, por ejemplo de Bradbury como en Crónicas Marcianas. Me interesa más la de Kurt Vonnegut, que es como una ciencia ficción cercana, es decir, es lo que puede pasar en dos o cinco años. No te están hablando de planetas fuera de la galaxia, ni de naves extraterrestres, sino simplemente es una ciencia ficción cotidiana. K. Dick va un poco más allá, pero es también casi un historiador anticipado, con esos mundos un poco oscuros, que sí bien suceden en un futuro y el rollo se enmarca en el (no entiendo) lo que prevalece es la historia del personaje, la historia que es casi humana del libro, eso es lo que me interesa como lector.

M.V: En el prólogo de Ondas Expansivas leíamos algo que decías sobre que el mundo de las letras era muy snob. Queríamos que hablaras acerca de tu concepción del mundo de las letras y tu relación con los géneros que trabajas.


J.I: El género policiaco, el género negro y la ciencia ficción son considerados como divertimentos y se ven con menosprecio y con sospecha. Me parece un poco injusto porque hay grandes autores de ciencia ficción y policiacos que son increíbles y que realmente su literatura es de la más alta calidad. Lo que decía de los autores jóvenes es una apreciación muy personal y, sin ánimo de ofender a nadie, es que me parece que ahora hacen literatura un poco más fácil y la engrandecen para que se vea más elevada de lo que realmente es. Puntualmente a lo que me refiero es que si uno coge a los autores colombianos, con contadas excepciones, lo que encuentra es un compendio de un poco de anécdotas, un poco de lo que pasa en el país, como recortes de prensa, como verlo en una novela. Esa es mi impresión. O cogen los cuentos y siempre está la parte clichesuda, que es la droga, la noche, la ciudad, el personaje extraño y un poco estrambótico que va y se enrumba, y no sé qué, y al final nada pasa, como que simplemente es una anécdota y cierran la historia con esos finales abiertos que bien manejados pueden ser una cosa extraordinaria pero que cuando ya se vuelven un cliché no me satisfacen como lector.

R.C: ¿Hay una intención por universalizarse un poco? Porque uno puede notarla al leer sus relatos, salvo contadas excepciones, como en “El policía y la víctima”, donde hay un juego con el lenguaje más coloquial. Pero los otros podrían estar situados casi en cualquier ciudad gringa o latinoamericana...

M.V: También tiene que ver con los nombres de los personajes.

J.I:
Eso es totalmente intencional y me lo planteé así desde el principio. Incluso, este libro también fue mi Tesis de grado de la maestría y cuando llego a los jurados, una de las preguntas era, “por qué no le pone a los personajes un nombre de acá, Mauricio, Juan o José”. Y lo que yo le respondía a la jurado era que, si yo le ponía un nombre como José, pongo en un contexto a un personaje y lo amarro a un lugar y a una atmósfera. Con solamente un nombre uno se imagina una cantidad de cosas y mi intención era hacerlo un poco más global, que pudiera pasar en cualquier parte del mundo.

R.C: ¿Cómo ha sido el recibimiento internacional del libro, o incluso acá? ¿Cómo se mueve en el mercado? ¿Cómo ha sido la idea de ir con sus libros a abrirse espacio?

J.I:
Al libro le ha ido bastante bien; teniendo la editorial lejos, a pesar de los inconvenientes de la distancia, ha sido bueno el resultado. En un principio, uno lo puede medir un poco por las notas que han salido en medios, en El Tiempo, en la revista Cambio, en una cantidad de publicaciones en donde le han hecho mención y ha tenido una buen acogida de las personas que lo han leído. Lo de Internet ha sido clave porque ahí uno se da cuenta de que entonces lo leen otras personas, no solamente en Colombia sino también en Argentina, en España, Ecuador, en Venezuela. Y eso para uno es invaluable, así uno no tenga una recompensa económica de la venta del libro, por lo menos sabe que a uno lo están leyendo en otras partes. Ahora también las universidades e instituciones culturales se han interesado por la dinámica con la editorial que ha sido un poco exitosa y llamativa y nos han invitado a seminarios y a ferias del libro, entonces han sido buenos los resultados

M.V: Con lo que tú decías ahora sobre el tipo de ficción en el que te querías inscribir, nos gustaría que hablaras un poco de eso, porque evidentemente veíamos que en el libro no hay la ficción de Bradbury sino algo más cotidiano, pero es curioso, porque hay cosas que uno puede decir que son inverosímiles. ¿Cómo es esa ficción que pretendes construir?

J.I:
Primero, lo que yo intento con esas historias inverosímiles es poner las reglas claras desde el principio con el lector, como hacer unos acuerdos tácitos. A mí lo que me interesa es que lo absurdo quede justificado, por ejemplo, el último cuento es de un man que le cae un tornillo en la cabeza y queda captando señales extraterrestres. Obviamente, eso no va a pasar nunca, Superman no existe pero cuando uno va a ver la película uno se la cree, porque desde el principio a uno le dijeron que el man venía de otro planeta; igual yo creo que pasa con los cuentos. Obviamente todo eso debe tener una lógica y tiene que ser coherente y esa es la intención básica en todos los cuentos. Realizar una coherencia para que el lector no tire el cuento a la mitad porque le están saliendo con una cosa que no (espero que eso se haya logrado, si no se logró habría una falla grande). La idea es contar estas historias absurdas con un final que justifique el absurdo y que, de principio a fin, guarde una coherencia y un ritmo adecuado con la historia.
"De pronto la utilidad del escritor, así como global, puede
ser una forma de reflejar nuestros tiempos a través de
ficciones y de fantasías. Creo que los escritores
en buena medida hacen eso, hay otros que no lo hacen,
que hacen cosas aún más interesantes. "


R.C: ¿Qué viene? ¿Qué está escribiendo Julián Isaza en este momento? 

J.I:
Ahorita estoy escribiendo una novela, desde hace como un año más o menos. Mi proceso de escritura es bastante lento. Ahí voy. No sé cuándo la termine, creo que no voy ni por la tercera parte, entonces creo que se demora por ahí otro año u otros dos años.

M.V: También queríamos preguntar por eso, por el proceso de escritura, porque en el prólogo decías que el proceso de escritura de los cuentos había sido muy lento, excepto de uno…

J.I:
Sí, excepto de uno que creo que escribí en un día.

Mónica: El de "Seducción".  

J.I:
Sí, de resto, todos los cuentos me tomaron varios meses. Porque la forma que yo tengo de escribir es que primero me pienso muy bien la historia y voy tomando nota en una agenda, y después de saber exactamente de dónde vengo y para dónde voy, y cómo va a terminar todo, me siento a escribir. Esa es más o menos la estrategia y lo que me ha funcionado. Sí me pongo a escribir directamente sobre el computador me parece que termino contando disparates y siendo incoherente y creo que no lo logro de esa forma.

M.V: Nos causaba curiosidad el título, ¿por qué llamar a toda una selección de cuentos con ese nombre, "Ondas expansivas"?

J.I: El título fue lo último que le puse. El libro se iba a llamar Tareas para perturbados. De hecho, cada cuento iba a tener solo una palabra de título: Ruido… Después, hablando con la editora, nos pareció un poco inexacto, pues realmente no eran tareas, pero sí había algo que atravesaba todo el libro que era todo el asunto del cerebro y las perturbaciones y pues cuando uno tira una piedra a un charco produce ondas expansivas. Ella me lo sugirió, a mí me pareció bonito el título, aunque es muy críptico, nadie va a entenderlo pero me pareció más chévere llevarlo así.

R.C: Yo también había percibido mucha influencia, cuando habló de Superman, del cómic...

J.I:
Sí, tal vez por lo que uno consume, el cómic me gusta pero no soy un fanático. Eso lo han percibido muchas personas. Tal vez sea una coincidencia, tal vez sea una cosa inconsciente, sobre todo por lo que decía Daniel Samper en la contraportada del libro, que decía que las onomatopeyas eran muy del cómic que, de acuerdo, me parece una buena lectura pero no había una intención explícita en ese sentido.

R.C: Sin embargo, ¿sí hay una intención de brevedad?


J.I: Sí, mucha. Es lo que yo me propuse y fue lo que fue saliendo cuando escribía.

M.V: ¿Cómo ves que es el papel del escritor dentro de la sociedad?

R.C: Sí, ¿por qué escribe Julián Isaza?


J.I: De pronto la utilidad del escritor, así como global, puede ser una forma de reflejar nuestros tiempos a través de ficciones y de fantasías. Creo que los escritores en buena medida hacen eso, hay otros que no lo hacen, que hacen cosas aún más interesantes. Y yo, ¿por qué escribo? Porque me gusta, obviamente, porque me interesa contar cosas y es un asunto con el que me divierto. No voy a decir que es una forma de escaparse pero sí es una manera de contar cosas que en otro contexto no puedes contar.      

Comentarios

Carostranenie dijo…
Excelente entrevista a Julián. Reconforta escuchar una voz que reflexiona, que es crítica y analítica (además de un autor com muchísimo potencial, sin dudas)
Abrazos australes desde buenos Aires, carolina

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