Por: Rigoberto Jaimez Olarte
Hajime, el
protagonista de la novela, inicia explicando el significado de su nombre, que curiosamente
significa “Comienzo”. La novela de Haruki Murakami se ubica en el contexto de
la posguerra en Japón, cuándo ya las marcas de la destrucción causada no son
visibles. Hajime narra su vida y sus conflictos con ser un hijo único en la
niñez, sobre todo por los prejuicios que mantienen los demás ante estos niños,
quienes los ven como caprichosos, consentidos y enfermizos, pero lo que más le
afecta a Hajime es que todo esto pueda ser cierto.
Sin hermanos, se
ve tocado por Shimamoto, una niña que está en su misma condición de hija única.
Entre ambos surgirá una amistad de manera inmediata que les motivará a
compartirse secretos y a entenderse mutuamente. Posteriormente van a diferentes
escuelas y dejan de verse, y sólo se reencuentran a la edad de 36 años. En este
punto Hajime está casado con Yukiko desde hace seis años, tiene dos hijos y es
dueño de dos exitosos bares de jazz en una popular zona de Tokio.
A partir de este
momento se desencadena toda una serie de hechos que harán que Hajime tenga que elegir
entre seguir con esposa, sus hijos y la vida que ya ha establecido, o
abandonarlo todo por lo que considera una pieza faltante en su vida. Los
personajes se ven enfrentados a vacíos a lo largo de sus vidas, los cuales
intentan llenar de manera desesperada.
Yukiko, quien
parece estar en un segundo plano la mayor parte del relato, se convierte en el
principal rol hacia el final del relato, dónde como mujer y esposa es capaz de
hacer caer en cuenta a Hajime de su egocentrismo por sólo pensar en sus
sentimientos, y además es capaz de perdonarlo por sus fallas, amando e
iluminando a otros para amar. Al final es su amor el único que no es
destructivo dentro de la novela.
Murakami narra
toda la serie de sucesos que ocurren dentro de la narración con una gran
vitalidad que toca y es capaz de hacer que el lector acompañe emocionalmente al
protagonista, en su enfrentamiento a los vacíos en su vida que, sin importar la
edad, van a regresar.
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