Por: Nicole Bedoya Rodríguez

Existe un momento exacto en el tiempo que marca nuestras vidas, una experiencia que puede ser una hora o, digamos, tres años que definirán quiénes somos y a los que nos aferraremos de ahí en adelante. Por más largo que sea el momento, el recuerdo queda condensado como una serie de instantes maravillosos y algunos no se darían sin la compañía de ciertas personas. Hay personas que son como una tempestad, que vienen y van y que parece que nos arrastraran hacia ellas, como el mar. 

Maria Shirakawa narra la historia de este espacio de tiempo determinante en su vida, su último verano en un pueblo costero. Nos cuenta estos instantes maravillosos que se niega a olvidar, historias y noches que busca conservar y que no pueden llegar a ser descritos como simples sucesos sino que todo su valor esta en las emociones que transmiten. Tsugumi es la persona necesaria para que todo esto ocurra, una joven imprevisible, llena de rabia, que vive con el peso de su enfermedad pero que se niega a mostrarse débil. Por algo la novela lleva su nombre y es que las inesperadas acciones de la joven conceden una magia indescriptible a su entorno, como la narradora nos lo dirá: “La sola presencia de Tsugumi nos ponía en contacto con lo que realmente importaba”. Es así como junto a María volvemos a estos recuerdos marcados por el mar, por la presencia abrumadora e impetuosa de Tsugumi y por el olor del adiós. 

Banana Yoshimoto ha logrado enamorarme de un personaje con todas las características que lo harían detestable. No logro decidirme si es por la perspectiva que nos da Maria de Tsugumi o si es por las acciones de la misma pero sin duda es un personaje tormentoso con un lado desconocido que te hace querer seguirla y aplaudirle sus caprichos. Las escenas no dejan de ser fascinantes, siempre acompañados por un mar que lo impregna todo y un cielo que deja volar los pensamientos de los personajes, en medio de pequeños detalles como una luz o un olor, se crea un entorno con un aire de mágico que va a juego con quienes lo habitan. Tsugumi es una novela que lo arroja a uno en la impetuosidad del presente.

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