Por: Mario Alejandro Nivia

 “La gente dirá que es una pena morirse sin pasar esa experiencia a otra persona. Yo también pienso un poco así. Pese a eso, es mejor morirse con ella que pasar esa experiencia a alguien que no la comprende.” (Página 162)

Natsume Sōseki es uno de los escritores clásicos de la literatura japonesa, nacido en el año 1867 y fallecido en 1916, experimentó la profunda transformación de la sociedad japonesa que, a través de la Restauración Meiji (1866 – 1869) abrió sus puertas a occidente después de más de dos siglos de aislamiento con respecto al resto del mundo. Soseki, escribió, entre otras obras, Soy un gato, Botchan, El Caminante y Kokoro, que data del año 1914.

Kokoro es una obra que representa en su interior un complejo engranaje de situaciones humanas y sociales que son testigo de la maestría de Sōseki para dar cuenta, al mismo tiempo, de los sentimientos humanos más íntimos y de las transformaciones económicas y sociales experimentadas por Japón a finales del siglo XIX y principios del siglo XX.


En esta novela se narra la historia de un joven estudiante que conoce a un hombre mayor que él, instruido y educado al cual, por respeto y admiración, trata bajo el nombre de sensei. La obra se divide en tres grandes partes, aunque cada una contiene pequeños capítulos de una agradable y amena lectura.

En la primera parte se nos cuenta la forma cómo el muchacho, asumiendo el papel de narrador, conoce a sensei cuando se encuentra tomando sus vacaciones en las playas japonesas, se desarrolla posteriormente la relación que surge entre estos dos personajes, que se asemeja mucho al vinculo entre estudiante y maestro. La importancia de este apartado consistirá en la exposición del carácter de sensei, hombre silencioso y solitario, que rehúye a la amistad y la intimidad con otros seres humanos y que se encuentra prácticamente recluido a una vida sin vínculo laboral o social acompañado únicamente de su amada esposa. Igualmente se nos cuenta la forma mediante la cual el joven logra granjearse algo de la confianza de sensei y la promesa que él le hace de entregarle una enseñanza, basada en su propia vida, una vez llegue el momento correcto.

En el segundo apartado se nos desvelará la vida familiar del joven en su pueblo natal, ya una vez graduado de la universidad, sus preocupaciones de tipo social y económico, la angustia por su futuro y, más inmediatamente, el cuidado de su padre enfermo y a punto de morir.

Sin embargo, al final de la segunda parte, una carta del sensei obliga al muchacho a abandonar el cuidado de su moribundo padre y acudir a la presencia de aquel. La tercera parte contendrá la confesión de la vida del sensei, y el cumplimiento de su promesa al ofrecerle al joven una valiosa enseñanza aprendida de su propia vida.

Sensei considera que sería una pena morir sin heredar el aprendizaje extraído de su propia experiencia, pero también es consciente de que este regalo no se lo puede otorgar a cualquiera, sino solamente a alguien que pueda comprender sus sentimientos y motivaciones.

Kokoro es una radiografía de la complejidad de los sentimientos y motivaciones humanas, la amistad, el amor, los celos y la compasión se muestran en toda su variedad y pluralidad, obviando las simplezas y superficialidades. La obra se basa muchas veces en sus silencios, en lo que se sugiere sin decirse, en todo aquello que se calla aun en la vida más intima de los personajes, aún en las relaciones sentimentales mas tiernas como la que sostiene el sensei  con su esposa. El silencio manifiesta esa tensión de todo aquello que se deja sin decirse incluso en esos ámbitos de la vida y de las relaciones personales, como un matrimonio, en que todo debería confesarse.

Pero, como ya se mencionó, la maestría de Sōseki no radica solamente en esa disección que hace de los nobles e innobles sentimientos humanos, sino en su representación en medio de un mundo cambiante, aún no asimilado del todo, como es el Japón de inicios del siglo XX.

Los personajes de Kokoro se mueven en la permanente sorpresa de un mundo que se representa completamente nuevo ante sus ojos, el Japón de la Era Meiji abrió sus puertas al mundo occidental y en pocos años debió adoptar reformas sociales y económicas que le permitieron competir en el panorama mundial. En la novela los campesinos se sienten sobrellevados por la idea de conocer los trenes y los cambios que han sufrido las grandes ciudades niponas. Sensei también se expresa comparando las diferencias de educación, de oportunidades y de cultura de sus tiempos como estudiante con el contexto en el cual se educa su joven admirador.


La palabra japonesa Kokoro, que pone titulo a la novela, significa corazón, pero también alma, voluntad, sensibilidad y sentimientos, es una obra que parece melancólica, de un personaje que parecer buscar autodestrucción al sentirse culpable por una vieja traición. Pero, leída desde otra perspectiva, se nos muestra como una novela de amor, de enseñanza y de la esperanza que pueda conllevar aprender gracias a las lecciones que han recibido los demás. Al igual que los personajes y la obra misma, su lectura se presta para interpretaciones y valoraciones múltiples y esta es verdaderamente una de las características de una creación realmente inigualable y maravillosa.
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SŌSEKI, Natsume. Kokoro. Traducción de Carlos Rubio. Epub Base V 2.0. Editor original: Mística

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