Por: Tamara Mathov**


Para subir al cielo, de Evelio Rosero Diago, es una novela de cuatro capítulos sin mayor distinción entre uno y otro que un salto de página. Cuenta la historia de un personaje sin nombre que se llama a sí mismo “yo”, su amor por Eugenia —la muchacha que ordeña vacas en la vereda—, y la llegada de un regalo inesperado: una escalera que parece de lo más mundana pero que crece cuando es tocada. Los personajes de esta historia resultan un tanto vagos, podrían ser niños con comportamientos adultos o adultos algo infantiles. Sin embargo, esto se vuelve irrelevante desde el momento en que el espacio, las edades y las referencias temporales se desdibujan.

La historia, teñida de una atmósfera rural que recuerda a relatos del romanticismo alemán, comienza cuando un hombre misterioso se presenta en la casa del protagonista para dejarle esta misteriosa escalera. No se sabe quién la envía, sólo se conoce que es para él. “Para el que es”, le dice el hombre. Este personaje tiene todas las características del diablo romántico: se presenta de improvisto, camuflado como un hombre cualquiera, y le hace firmar una carta de recibo. El protagonista, cegado de amor por su vecina, está convencido de que es ella quien la envía. La escalera, que no tarda en llamar la atención de los demás habitantes de la vereda, se convierte enseguida en una amenaza. Cuando uno de ellos descubre que sólo el protagonista es capaz de moverla y que crece sólo con su tacto, se escandaliza tanto que corre a buscar ayuda: la brujería ha llegado al pueblo.


Al interior de este relato fantástico coexisten dos lecturas, una más cercana a la naturalización de los maravilloso y otra que se escandaliza e inmediatamente califica de diabólico todo aquello que cuestione las leyes naturales. Nada sucede realmente. La escalera está simplemente ahí, así de rara como es, creciendo cuando el protagonista la toca, pero el caos llega al pueblo en forma de discurso. Por incomprensible, por ajena, la escalera debe ser eliminada. Por su parte, el protagonista, a pesar de su sorpresa, encuentra en la escalera primero, la forma de perder la vergüenza y acercarse a Eugenia; después, la posibilidad de escapar de un mundo obsesionado y miedoso. Evelio Rosero retoma argumentos aparentemente fosilizados para darles una vuelta de tuerca no sólo contemporánea sino crítica. El protagonista, hostigado por la censura y la persecución de vecinos e instituciones tales como la iglesia o la policía, se ve a obligado a buscar otro mundo, donde las vacas vuelen, donde se atreva a hablarle a Eugenia y donde su escalera sea una escalera diferente pero no por eso aterradora. 
_________________________________
*Para subir al cielo
Evelio Rosero Diago
Ilustraciones de Oscar Iván Hernández
Literatura infantil y juvenil - Novela
Colección Montaña Mágica
Editorial Magisterio, Bogotá. 1997.
70 páginas

**Tamara Mathov (Buenos Aires, 1989). Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires y gracias a un convenio pudo cursar un semestre en la carrera de Estudios Literarios de la Universidad Nacional de Colombia. Desde 2014 reside en Bogotá. Ha publicado cuentos y poemas en antologías y ensayos académicos en revistas especializadas.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Tres miradas en torno a Pájaros en la boca de Samanta Schweblin. Parte II

Reseña Cerezas al óleo