Por: Sebastián González Saavedra.
“Viajar es como amar… a veces
empiezas una búsqueda / que parece interminable” Estas son las palabras que
acompañan las primeras páginas del libro de Dipacho sobre el cual les hablaré en
esta oportunidad.Estas líneas constituyen un cuarto del total de texto que
tiene el libro. Contadas palabras, muchas imágenes, así podrían pensar en este
tipo de libros algunos lectores descuidados; pero un libro álbum es más que
eso, ya se ha derramado bastante tinta al respecto en los últimos años.
Considero que no solo los artistas,
ilustradores y semiólogos deben opinar en la reflexión sobre la imagen y la
relación con las palabras que han tejido grandes autores “integrales”, como el
muy conocido Maurice Sendak; también los estudiantes de literatura, por
supuesto, tenemos el deber de entrar en el debate sobre este campo editorial
que se expande cada día más, finalmente son libros que proporcionan procesos
lectores. Sin embargo, existen aquellos que pueden pensar que un libro ideado visualmente
desde la portada y cuyas ilustraciones son altamente llamativas está destinado
a un público infantil. ¿Las imágenes bonitas son exclusivamente para los más
pequeños?Nada más lejano de la realidad, más aún en los libros de este autor
quien afirma que hace libros sin pensar en un público específico al cual estén
dirigidos.
Es así como se nos presenta El viaje de los elefantes, traducido a
las lenguas francesa y portuguesa este libro álbum ha sido merecedor de la
distinción White Ravensde Múnich en 2012
y recomendado por la seccional del IBBY en Colombia.
En esta historia nos sumergimos en
un viaje en el que, a través de pinturas al óleo maravillosas acompañadas por
frases sencillas, conocemos las paquidérmicas peripecias de un grupo de
personajes que en su travesía por singulares paisajes encuentran diferentes
especies animales con quienes se relacionaran de diversas y divertidas maneras.
Seres y paisajes plasmados en colores, formas y trazos que inducen a su
disfrute. En un recorrido con movimientos que producen un efecto de zum, que
nos permite divertirnos con las curiosas formas y tamaños de los cinco
protagonistas. Una historia en movimiento que termina, sin embargo,
previsiblemente en la tranquilidad de la quietud. Una historia construida a
partir de un gran trabajo visual, pero que se encuentra en el límite escaso del
concepto: más allá, no se logra una gran construcción narrativa. No obstante,
resulta de gran valor en el campo de estas propuestas visuales que cada vez más
surgen en este país.
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*El viaje de los elefantes
Autor: Dipacho
Editorial:Gato Malo
Año: 2011
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