Por: Melida Katherine Tovar Gomez

Claudia Rueda es una escritora e ilustradora Bogotana que descubrió su vocación después de realizar sus estudios en derecho y presentar como tesis de grado la historia gráfica del derecho romano. Posteriormente viajó a California, en Estados Unidos, donde encontró un curso de ilustración infantil en la Universidad de Berkeley y esto la oriento hacia la creación de literatura infantil.

En varias entrevistas menciona que su pasión por la ilustración la acompaña desde muy pequeña, cuando dibujar significaba para ella un juego. En sus libros trata de plasmar esa idea, pues para ella jugar con los niños significa un reto a la inteligencia y la creatividad. Sus dos hijas son una parte vital del proceso creativo pues la experiencia de madre le ha permitido expandir su visión y ver la infancia de otro modo. 

Su obra cuenta con más de 20 títulos infantiles que han sido publicados principalmente en inglés y con los cuales ha sido nominada y premiada en concursos al interior y exterior del país.La versatilidad de la autora se evidencia en el modo de tratar la relación imagen – texto. En algunos cuentos, como es el caso de Formas, la imagen se adueña de la historia, contrario a lo que sucede en La suerte de Ozu, donde la imagen se subordina al texto. Obras como No muestran el juego que hay entre palabra e imagen y como ambas apoyan el sentido global del cuento. Esto ha llevado a la autora a ser nominada al premio Hans Christian Andersen 2016, el premio internacional más importante para la literatura infantil.

¿Cómo es su proceso creativo, inicia con imágenes o con texto?

El texto escrito es uno de los varios lenguajes que utilizamos para crear. En el libro álbum, la combinación con la imagen es como un composición musical. En mi caso, algunas veces viene primero un tema que anoto en texto, luego la secuencia visual y al final las frases que van en cada página.

¿Cuáles son sus influencias tanto gráficas como literarias?

Muchas. El Bosco, Peter Brueghel, Rembrandt en arte clásico. Winsor McCay, Moebius, Enki Bilal, Bill Watterson en comic.El libro álbum británico en general. RoaldDahl, Lewis Carroll, A.A. Milne, Oscar Wilde en literatura juvenil. 

¿Cómo influyó en su obra la inmersión en otras culturas?

Salir es la forma de mirarse desde afuera. Da perspectiva y la capacidad de no tomarse tan en serio. Eso es fundamental a la hora de crear.

¿Qué significa para usted escribir para niños?

Tener la mente abierta y más libre de prejuicios, acudir a la curiosidad como forma de descubrimiento y no tomarse tan en serio (en el sentido de Oscar Wilde: "La vida es demasiado importante para tomarla seriamente").

¿Qué siente al ser la única colombiana nominada al premio Hans Christian Andersen por su contribución a la literatura infantil?

Agradecimiento por el reconocimiento y orgullo de llevar el trabajo que se hace en Colombia a otras esferas.

¿Escribiría para otro público, por ejemplo adolescentes o adultos? 

Ya escribo algunas cosas para jóvenes, pero aún no he publicado nada.

¿Cómo elige los temas para sus proyectos? ¿Se ve este proceso influenciado por las editoriales?

Los temas me van encontrando a mí. Es sólo cuestión de mantener los ojos abiertos y no creerse la realidad que tratan de vendernos los cuidadores del status quo. Los temas deben venir de adentro, de las inquietudes y preguntas del autor, no de una editorial.

¿El mercado y la demanda de determinados temas son decisivos a la hora de escribir?

Si los temas son impuestos por una intención comercial, están ya muertos antes de nacer, no tienen alma. El mercado es todo y no es nadie. Justamente la literatura es una forma que busca recuperar la humanidad que vamos perdiendo para complacer a ese ente inventado que se llama el mercado.

¿Cree que los libros infantiles deben tener una enseñanza?

La palabra "enseñanza" implica una estructura vertical y arrogante. Yo creo que la literatura infantil, igual que las otras literaturas, deben invitar a cuestionar, a mirar las cosas de otra manera, a ganar empatía. Es más un diálogo con el lector, no un discurso.

Teniendo en cuenta que la literatura infantil está mediada por los adultos ¿Cómo piensa que se puede romper ésta barrera?

No veo la necesidad de romper la mediación. La cultura de un pueblo se transmite a través del diálogo entre los mayores y su descendencia. Eso nos protege de volver al salvajismo. Viviendo en una época en que esa transmisión cultural se delega principalmente a los medios, cuya intención es comercial, es cada vez más importante la literatura como instrumento para mantener la transmisión de eso que llamamos civilización.

¿La literatura infantil es una herramienta educativa o un juego? ¿Por qué?

Como dije, puede ser una forma de transmitir los elementos de una cultura, pero también debe ser una herramienta para invitar a cuestionar lo establecido y mirarnos como humanos. Si el elemento del juego está incluido, mejor aún, pues el juego bien entendido es una manera de recrear la vida.

¿A qué edad cree usted que un niño se vuelve un lector independiente?

Independiente mecánico o racional? En nuestro sistema educativo existe un afán por enseñar al niño a leer textos a los 4 o 5 años, como una manera de demostrar la eficiencia de la escuela. Pero es una lectura mecánica, de reconocimiento de signos pero no de apreciación de contenidos. Un lector independiente es el que puede cuestionar y entender la literatura, no los textos. Cada cual tiene su edad, muchos se quedan sin nunca aprender. Todo depende de un buen maestro de literatura en la adolescencia.

¿Cuál es su opinión sobre la literatura infantil en Colombia?

Es joven, entusiasta y hay varios buenos autores e ilustradores. 

¿Usted piensa que existe una “literatura infantil” o que la literatura es una sola? 

Existe sin duda la literatura para preescolar. Es una literatura apropiada para el desarrollo cognitivo del niño menor de cuatro años, aún en formación. Luego vienen los libros álbum, que pueden ser leídos tanto por adultos como por niños, pero el racionalismo de la escuela se esfuerza por alejar al adulto en formación de la fantasía, por considerarla ingenua. En ese proceso el adulto pierde la capacidad de imaginar nuevas posibilidades y de enriquecerse además con la imagen.

¿Cómo cree usted que se pueden satisfacer las necesidades de conocimiento de los niños; cómo estimular su curiosidad y al mismo tiempo saciarla?

La curiosidad se alimenta con preguntas, no con respuestas como cree la educación tradicional. Alejarse lo más posible de la ortodoxia es un buen principio para comenzar a alimentar una mente curiosa. Invitar a descubrir, a observar, a cuestionar. Los libros con una sola respuesta en su contenido son libros que no invitan a considerar posibilidades.

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