Por: Juan David Rincon Huertas.

¿Los elefantes son esbeltos y delgados? ¿Cómo se vería una jirafa sin su largo cuello y con un voluminoso cuerpo? Este es un libro que juega con las contradicciones: un elefante flaco, una jirafa gorda y un perezoso que no puede dedicarse a dormir. Esta historia plantea la problemática de la exclusión por la apariencia, del rechazo por ser diferente a los otros. La curiosa inversión de roles y características propone una mirada a conceptos como los de la diferencia, la normalidad y la aceptación, al tiempo que deshace los arquetipos sobre los animales de la selva a los que estamos acostumbrados como elefantes de proporciones mastodónticas y jirafas alargadas. El reconocimiento de la esencia propia de cada quien se halla la respuesta a las diatribas de la identidad y a la pregunta sobre qué se espera de cada sujeto.

Estos deseos de ser otra cosa, de tener un cuerpo diferente, se extienden por todo la selva poniendo en riesgo la vida de los animales que se dedican a extenuantes dietas. No ser como se desea es motivo de infelicidad hasta que se genera una conciencia positiva sobre la esencia de la identidad propia y el hecho de sentirse único. 
La estructura funciona en un paralelo regido por la ironía, donde los que son delgados quieren engordar y los gordos querrán adelgazar. Esta es la situación hasta que se produce el encuentro entre los protagonistas, propiciado por un interesante personaje: un perezoso con terribles problemas de insomnio. A partir de ese momento la complementariedad se da desde los opuestos y ser diferente pasa de ser un problema a una condición ventajosa, excepcional y única. 

El libro está influencia por el trabajo musical de su autora. En la obra, los personajes expresan sus sentimientos por medio de canciones que no presentan una melodía fija (no hay partituras que indiquen los ritmos de las canciones). Esto llega a ser ventaja para el libro al permitir que las canciones puedan transformarse en cada aproximación a este. Poder cantar en diferentes maneras y jugar con la expresividad de la voz y de los sentimientos de los personajes propicia un divertido e interesante juego con el que la lectura no es ejercicio plano, sino que se transforma cada vez que se abre el libro. Por eso, El elefante flaco y la jirafa gorda es una interesante opción para vincular a la lectura a grandes y chicos por medio de la exploración de diferentes lenguajes que pueden ser conjugados en un mismo libro lleno de historias divertidas, coloridas y lúdicas. 




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*Tito y Pepita
Amalia Low
Ediciones B
2011
Libro-álbum

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