Los
animales domésticos y electrodomésticos* de Celso Román
(Reseña)
A lo largo de cuatro capítulos,
Celso Román nos describe la animalidad de diecisiete objetos de nuestra
cotidianeidad y construye un texto donde éstos se vuelven personajes, que
pertenecen a un lugar. El narrador los describe para el lector como si se
tratara de un simple ejercicio de observación, diferente a como sucede en otro
de sus libros anteriores Las cosas de
casa (1988), en el que se introducen los objetos y simultáneamente se
construye la casa.
La narración constituye un recorrido
por una casa, donde no vemos a unos personajes caracterizados sino que vemos a
“una muchacha”, a “una mujer”, a “su [de los objetos] dueña”, es decir, vemos
personajes que no son en realidad personajes: son cualquier persona. Este recurso
refleja que Celso no sólo quiere narrar una historia, sino que quiere que el
lector se sienta parte de ella como esa mujer, o esos niños o ese dueño de los
objetos. El autor nos quiere mostrar la genealogía de cualquier reloj, el tuyo,
el mío o el de él mismo.
Al dar una primera mirada al texto,
podríamos decir que su narratividad no es mucha, ya que es una descripción de
diferentes objetos y hasta podríamos decir que colinda con una enumeración. Sin
embargo, a través de este organizado recorrido por la casa, se van construyendo
personajes fantásticos, todos con carácteres distintivos. Aunque en las
descripciones de los personajes hay elementos que parecen ser comunes o por lo
menos muy recurrentes en todos ellos ㅡtales como la memoria, las pasiones, la añoranza
del pasadoㅡ, podemos ver que esto es sólo el recurso que Celso utiliza para
describir la vitalidad y determinar el grado de humanidad de esos
objetos-personajes.
Incluso desde las ilustraciones de
Henry González podríamos anticipar y apreciar esa intención de resaltar la
vitalidad de estos “animales domésticos”. Así, vemos los objetos representados
con ojos, bocas, orejas, colas, que remiten a la fantasía del relato, pero que
conservan características de los mismos objetos, lo cual los ancla a la realidad.
Los “animales domésticos” se
interrelacionan como parte de un ecosistema muy delicado que involucra la
naturaleza (árboles, pájaros, entre otras). Este aspecto se ve presente en las
ilustraciones y refleja una marcada intención pedagógica. Aunque esta intención
es innegable, especialmente con respecto al medio ambiente, la fantasía
narrativa logra hacer de ella una narración entretenida para adultos y niños.
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*Autor: Celso Román
Ilustrador: Henry González
Editorial: Panamericana
Año de publicación: 1996
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