Los animales domésticos y electrodomésticos* de Celso Román
(Reseña)

Por:Manuela González Morales

A lo largo de cuatro capítulos, Celso Román nos describe la animalidad de diecisiete objetos de nuestra cotidianeidad y construye un texto donde éstos se vuelven personajes, que pertenecen a un lugar. El narrador los describe para el lector como si se tratara de un simple ejercicio de observación, diferente a como sucede en otro de sus libros anteriores Las cosas de casa (1988), en el que se introducen los objetos y simultáneamente se construye la casa.
La narración constituye un recorrido por una casa, donde no vemos a unos personajes caracterizados sino que vemos a “una muchacha”, a “una mujer”, a “su [de los objetos] dueña”, es decir, vemos personajes que no son en realidad personajes: son cualquier persona. Este recurso refleja que Celso no sólo quiere narrar una historia, sino que quiere que el lector se sienta parte de ella como esa mujer, o esos niños o ese dueño de los objetos. El autor nos quiere mostrar la genealogía de cualquier reloj, el tuyo, el mío o el de él mismo.

Al dar una primera mirada al texto, podríamos decir que su narratividad no es mucha, ya que es una descripción de diferentes objetos y hasta podríamos decir que colinda con una enumeración. Sin embargo, a través de este organizado recorrido por la casa, se van construyendo personajes fantásticos, todos con carácteres distintivos. Aunque en las descripciones de los personajes hay elementos que parecen ser comunes o por lo menos muy recurrentes en todos ellos ㅡtales como la memoria, las pasiones, la añoranza del pasadoㅡ, podemos ver que esto es sólo el recurso que Celso utiliza para describir la vitalidad y determinar el grado de humanidad de esos objetos-personajes.
Incluso desde las ilustraciones de Henry González podríamos anticipar y apreciar esa intención de resaltar la vitalidad de estos “animales domésticos”. Así, vemos los objetos representados con ojos, bocas, orejas, colas, que remiten a la fantasía del relato, pero que conservan características de los mismos objetos, lo cual los ancla a la realidad.
Los “animales domésticos” se interrelacionan como parte de un ecosistema muy delicado que involucra la naturaleza (árboles, pájaros, entre otras). Este aspecto se ve presente en las ilustraciones y refleja una marcada intención pedagógica. Aunque esta intención es innegable, especialmente con respecto al medio ambiente, la fantasía narrativa logra hacer de ella una narración entretenida para adultos y niños.
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*Autor: Celso Román
Ilustrador: Henry González
Editorial: Panamericana
Año de publicación: 1996

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